FALLECE DON JULIÁN MARÍAS
Hoy 15 de diciembre por la mañana, en su domicilio de Madrid y acompañado por los suyos, ha fallecido el filósofo y escritor don Julián Marías.

[...] Y cuando nos llega el momento de hablar de la trascendencia, del más allá, de la vida eterna, en suma, del cielo, es inevitable que salgan a relucir.
-Yo siempre he pensado -me dice- que mi mayor confianza de entrar en la gloria la tengo en que Lolita conseguirá abrirme las puertas del cielo.
Asiento pensando que se trata de una reflexión metafísica, quizá teológica, cuando observo que se le pone un aire travieso, para explicarme:
-De recién casados, dentro de nuestras modestas posibilidades, procurábamos viajar y conocer España. Teníamos pasión por las piedras viejas y por la historia que en ellas se reflejaba. Visitábamos pequeñas iglesias, en las que Lolita entraba siempre a rezar, por supuesto, y a no perderse detalle. A veces eran iglesias medio abandonadas, cerradas, y siempre me admiraba el olfato que tenía mi mujer para averiguar dónde encontrar al cura o al sacristán que tuviera la llave; y al encanto persuasivo con que los convencía para que nos abrieran. Pues la misma maña se dará para que me abran las puertas del cielo.
Fragmento de la entrevista realizada a Julián Marías por José Luis de Olaizola para su libro Más allá de la muerte, Planeta, Barcelona, 1994, pág. 177.
BIOGRAFÍA
Julián Marías nació en Valladolid en 1914. Doctor en Filosofía por la Universidad de Madrid, discípulo de Ortega y Gasset, maestro y amigo con quien fundó en 1948 el Instituto de Humanidades.
Fue encarcelado y represaliado por ser republicano.
Sobresaliente ensayista y distinguido filósofo, Julián Marías se le prohíbe dar clases en la Universidad franquista por negarse a firmar los principios del Movimiento, pero fue conferenciante en numerosos países de Europa y América y profesor en varias universidades de Estados Unidos.
Fue senador, por designación real, en las primeras Cortes de la monarquía.
Catedrático de Filosofía Española, Cátedra Ortega y Gasset, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Académico de número de la Real Academia Esañola y de la de Bellas Artes de San Fernando. Miembro del Colegio Libre de Eméritos, del Instituto Internacional de Filosofía, de la Hispanic Society of America, de la Society for the History of Ideas de Nueva York y del Consejo Pontificio de Roma. Presidente de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) y del consejo de redacción de la revista Cuenta y Razón.
Entre los numerosos galardones recibidos, cabe destacar el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, en 1996, y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, en 2001.
Ha publicado unas setenta obras, entre las que podemos destacar: Historia de la filosofía, Antropología metafísica, La mujer en el siglo XX, Breve tratado de la ilusión, España inteligible, Cervantes clave española, Acerca de Ortega, La educación sentimental, Tratado de lo mejor y Una vida presente. Memorias.
Los hijos escriben sobre el padre
Muere Julián Marías, el filósofo que protegió la llama del pensamiento liberal en el siglo XX
Abc
Julián Marías hizo suya la frase de José Ortega y Gasset, de quien fue su mejor discípulo, de que la claridad es la cortesía del filósofo. Y así, valiéndose de una vocación temprana, vertebró sus ideas en torno a la defensa de la libertad y a una inagotable preocupación por la condición humana.
Filósofo, sociólogo y ensayista, Julián Marías nació en Valladolid el 17 de junio de 1914. A los cinco años se traladó a Madrid con su familia, ciudad en la que estudió el Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros y la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Complutense, por la que se licenció y posteriormente obtuvo el doctorado. «En mi casa -decía él mismo- recibí una actitud de respeto y de interés por el pensamiento y la literatura, pero con la Filosofía no tropecé hasta que entré en la Universidad».
Modelo intelectual
En efecto, su propósito era cursar estudios científicos, pero a los dieciséis años sintió una gran preocupación por las cuestiones esenciales y una irrefrenable atracción por la literatura y la historia. De esta manera, improvisó el Bachillerato de Letras, compaginando su aprendizaje en el laboratorio de Biología con las clases de Introducción a la Filosofía de Zubiri, el hombre que le puso en contacto con los grandes pensadores clásicos: Aristóteles, Platón, San Agustín o Descartes.
A los dieciocho años conoció a José Ortega y Gasset, a cuya cátedra de Metafísica acudía diariamente con apasionado interés. Su maestro constituyó para él «un modelo de intensidad intelectual, de un rigor de pensamiento, de una belleza de expresión, que nos parecía la forma más perfecta que se podía alcanzar». Con él fundó en 1948 el Instituto de Humanidades de Madrid, del que Marías fue director.
La idea de la autenticidad, verdadera esencia de su pensamiento, se vislumbra ya en sus primeras publicaciones del año 34 en la revista «Cruz y Raya». Su primer libro, «Historia de la Filosofía», apareció en 1941. En él proclama su absoluta e irrenunciable fidelidad a los principios intelectuales de Ortega y Gasset. «Lo hice a sabiendas, con plena conciencia y desde entonces me dediqué a organizar una modesta vida privada, cuyo principio se podía resumir en decir con frecuencia no».
Vendrían después obras como «Introducción a la Filosofía», «Filosofía española actual», «Ortega y la idea de la razón vital», «El método histórico de las generaciones», «La escolástica en su mundo y el nuestro», «Antropología Metafísica» y «Breve tratado de la ilusión».
Encarcelado por una falsa acusación
Tras el paréntesis de la Guerra Civil -en la que fue encarcelado durante tres meses por una falsa acusación y liberado en agosto de 1939- tuvo dificultades para publicar sus artículos y se le impidió impartir clases como profesor de Filosofía y Letras. A principios de los cincuenta y tras ser «vetado» para acceder a la cátedra que Ortega dejó vacante, Marías impartió cursos como profesor invitado en las Universidades norteamericanas de California, Harvard, Yale y Puerto Rico, entre otras muchas. Como conferenciante expuso su pensamiento en los más importantes centros culturales del mundo, al tiempo que reflexionaba sobre la actualidad desde las páginas de ABC, del que ha sido uno de sus más asiduos y fieles colaboradores.
En octubre de 1964 fue elegido miembro de número de la Real Academia Española, para ocupar el sillon «S», que había dejado vacante Wenceslao Fernández-Florez. Ocho meses después, el 20 de junio de 1965, leyó su discurso de ingreso sobre «La realidad historica y social del uso lingüístico», que fue contestado por Rafael Lapesa. Su gran amigo Pedro Laín Entralgo solía referirse a Marías en su triple condición de maestro de la libertad, pensador de la circunstancia y escritor de casta, «que viene enseñando a los españoles a vivir como hombres libres».
En 1931 conoció en la Universidad a la que sería su mujer desde 1941, Dolores Franco Manera, con quien tuvo cuatro hijos: Miguel, Fernando, Javier y Álvaro. «Mi mujer fue lo más importante de mi vida. Con su muerte desapareció mi proyecto vital de tantos años, lo que le había dado su sentido. Yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa». Esta frase, tantas veces repetida tras el fallecimiento de su esposa en 1977, mostraba su desesperación ante esta desaparición de la que sólo le consolaba su convencimiento de que la vida no termina con la muerte: «Si así fuera, la felicidad sería un engaño».
De hecho, una de sus mayores satisfacciones fue la presentación en 1998 de la cuarta edición de «España como preocupación», escrito por Dolores Franco. El libro reflexiona sobre el ser de España a través de lo que de ella dijeron nuestros grandes escritores, desde Cervantes hasta Ortega, haciendo especial referencia a los hombres del 98. Marías aseguró entonces que tenía especial interés en que esta obra se reeditara para que la lean los jóvenes en una época «en la que se está haciendo la caricatura de la historia española de este siglo; una caricatura vergonzosa, una calumnia de España».
En 1971 fue elegido correspondiente de la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico. Fue además miembro de la «Hispanic Society of America», de Nueva York; del «Institut International de Philosophie», de la «International Society for the History of Idees», y del «Council of Scholars» de la Biblioteca del Congreso de Washington.
Senador real
El 15 de junio de 1977 Don Juan Carlos le nombró senador real y en enero de 1979 fue elegido presidente de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES). En el verano de 1980 fue nombrado catedrático «honoris causa» por la Universidad de la ciudad de Buenos Aires y cinco meses después tomó posesión de la recién creada cátedra «José Ortega y Gasset de Filosofía Española», de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. En diciembre de 1982, Julián Marías fue el primer intelectual en lengua castellana nombrado miembro del Consejo Internacional Pontificio para la Cultura, creado por el Papa Juan Pablo II.
De su imprescindible bibliografía -es autor de más de cincuenta libros- cabe citar los siguientes títulos: «Introducción a la Filosofía», «Historia de la Filosofía», «Nuevos ensayos de Filosofía», «La Escolástica en su mundo y en el nuestro», «Estructura social», «Ortega y la idea de la razón vital», «El existencialismo en España», «Idea de la Metafísica», «Biografía de la Filosofía», «Ortega, circunstancias y vocación», «Nuestra Andalucía», «La España real», «La devolución de España», «Método histórico de las generaciones», «Los españoles», «La imagen de la vida humana», «El oficio del pensamiento», «Justicia social y otras injusticias», «La mujer en el siglo XX», «Cinco años de España», «Problemas del Cristianismo», y «Ser español», entre otros.
Libro de memorias
En diciembre de 1988 presentó el primer tomo de sus memorias, «Una vida presente», que recoge su vida de 1914 a 1951 y que definió como «una narración vital que pretende poseer la vida y comunicarla, y un compendio de gratitudes». En 1989 completó las memorias con la publicación de otros dos volúmenes. Entre los galardones que ha recibido destacan el premio Fastenrath por «Miguel de Unamuno»; el Kennedy del Instituto de Estudios Norteamericanos, de Barcelona; el Juan Palomo por «Antropología metafísica», el Gulbeenkian de Ensayo, el de la Academia del Mundo Latino; el Ramón Godó de Periodismo, el León Felipe de Artículos Periodísticos, el del Colegio Oficial de Farmaceúticos de Madrid y el Mariano de Cavia, que recibió en 1985 por su artículo «La libertad en regresión», publicado en la Tercera de ABC.
En abril de 1988 fue galardonado con el premio Castilla y León de las Letras, Ese mismo año le fue concedido el premio Bravo, que otorga la Conferencia Episcopal. El 16 de diciembre de 1990 ingresó en ]a Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, con el discurso titulado «Reflexión sobre el cine». El filósofo ocupaba plaza en la sección de Artes de la Imagen.
En 1991 inauguró en París la cátedra Miguel de Cervantes, creada por el Comité de Lengua Española de la UNESCO, con una conferencia sobre el autor del Quijote. Ese mismo año presentó su nuevo libro «Cervantes clave española» en la Universidad de San Juan de Puerto Rico y formó parte del Comité de Expertos de la Exposición Universal de Sevilla. Obtuvo en 1996 el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Marías, que se consideraba miembro de lo que él mismo denominó Escuela de Madrid, ha presentado de forma sistemática los temas capitales filosóficos a la luz de la filosofía de la razón vital. Presidente de la asociación Fundes-Club de los 90, en 1993 publicó «Literatura y fantasma», una recopilación de ensayos y artículos, todos ellos sobre asuntos literarios. El 1994 se le dedicaron diversos homenajes con motivo de su 80 cumpleaños, entre ellos tres mesas redondas en el Instituto de España, donde Julián Marías enfocó su trayectoria como escritor, como filósofo y como humanista. ABC Cultural le dedicó entonces unas páginas especiales a un pensador esencial.
Fallece Julián Marías
El País
El filosofo y escritor Julián Marías ha muerto hoy en Madrid a los 91 años, según han informado fuentes de la Academia de la Lengua. Alumno y continuador de la obra filosófica de José Ortega y Gasset y Xavier Zubiri, Marías era miembro de la Real Academia de la Lengua desde 1964 y fue senador por designación real de 1977 a 1979.
Los restos mortales de Marías serán trasladados al tanatorio de la Paz, en la carretera de Colmenar, y serán enterrados mañana, viernes, en el cementerio madrileño de la Almudena, aunque la hora está por precisar.
Nacido en Valladolid, en 1914, residió en Madrid desde 1919. El pensador era autor de numerosas obras, entre las que destacan Historia de la Filosofía, Idea de la metafísica, La escuela de Madrid, Antropología filosófica y España inteligible.
Fue fundador con Ortega y Gasset del Instituto de Humanidades (1948-1950) e impartió docencia en varias universidades de Estados Unidos, entre ellas Wellesley College, Harvard, Yale e Indiana. Fue director del Seminario de Estudios de Humanidades y también miembro de la Real Academia de Bellas Artes y doctor honoris causa en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca.
Casado en 1941 con la profesora y escritora Dolores Franco Manero, tuvo cinco hijos varones, entre ellos el escritor Javier Marías. En 1996 se le concedió, compartido con el periodista italiano Indro Montanelli, el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

[...] Y cuando nos llega el momento de hablar de la trascendencia, del más allá, de la vida eterna, en suma, del cielo, es inevitable que salgan a relucir.
-Yo siempre he pensado -me dice- que mi mayor confianza de entrar en la gloria la tengo en que Lolita conseguirá abrirme las puertas del cielo.
Asiento pensando que se trata de una reflexión metafísica, quizá teológica, cuando observo que se le pone un aire travieso, para explicarme:
-De recién casados, dentro de nuestras modestas posibilidades, procurábamos viajar y conocer España. Teníamos pasión por las piedras viejas y por la historia que en ellas se reflejaba. Visitábamos pequeñas iglesias, en las que Lolita entraba siempre a rezar, por supuesto, y a no perderse detalle. A veces eran iglesias medio abandonadas, cerradas, y siempre me admiraba el olfato que tenía mi mujer para averiguar dónde encontrar al cura o al sacristán que tuviera la llave; y al encanto persuasivo con que los convencía para que nos abrieran. Pues la misma maña se dará para que me abran las puertas del cielo.
Fragmento de la entrevista realizada a Julián Marías por José Luis de Olaizola para su libro Más allá de la muerte, Planeta, Barcelona, 1994, pág. 177.
Julián Marías nació en Valladolid en 1914. Doctor en Filosofía por la Universidad de Madrid, discípulo de Ortega y Gasset, maestro y amigo con quien fundó en 1948 el Instituto de Humanidades.
Fue encarcelado y represaliado por ser republicano.
Sobresaliente ensayista y distinguido filósofo, Julián Marías se le prohíbe dar clases en la Universidad franquista por negarse a firmar los principios del Movimiento, pero fue conferenciante en numerosos países de Europa y América y profesor en varias universidades de Estados Unidos.
Fue senador, por designación real, en las primeras Cortes de la monarquía.
Catedrático de Filosofía Española, Cátedra Ortega y Gasset, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Académico de número de la Real Academia Esañola y de la de Bellas Artes de San Fernando. Miembro del Colegio Libre de Eméritos, del Instituto Internacional de Filosofía, de la Hispanic Society of America, de la Society for the History of Ideas de Nueva York y del Consejo Pontificio de Roma. Presidente de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) y del consejo de redacción de la revista Cuenta y Razón.
Entre los numerosos galardones recibidos, cabe destacar el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, en 1996, y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, en 2001.
Ha publicado unas setenta obras, entre las que podemos destacar: Historia de la filosofía, Antropología metafísica, La mujer en el siglo XX, Breve tratado de la ilusión, España inteligible, Cervantes clave española, Acerca de Ortega, La educación sentimental, Tratado de lo mejor y Una vida presente. Memorias.
Los hijos escriben sobre el padre
Muere Julián Marías, el filósofo que protegió la llama del pensamiento liberal en el siglo XX
Abc
Julián Marías hizo suya la frase de José Ortega y Gasset, de quien fue su mejor discípulo, de que la claridad es la cortesía del filósofo. Y así, valiéndose de una vocación temprana, vertebró sus ideas en torno a la defensa de la libertad y a una inagotable preocupación por la condición humana.
Filósofo, sociólogo y ensayista, Julián Marías nació en Valladolid el 17 de junio de 1914. A los cinco años se traladó a Madrid con su familia, ciudad en la que estudió el Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros y la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Complutense, por la que se licenció y posteriormente obtuvo el doctorado. «En mi casa -decía él mismo- recibí una actitud de respeto y de interés por el pensamiento y la literatura, pero con la Filosofía no tropecé hasta que entré en la Universidad».
Modelo intelectual
En efecto, su propósito era cursar estudios científicos, pero a los dieciséis años sintió una gran preocupación por las cuestiones esenciales y una irrefrenable atracción por la literatura y la historia. De esta manera, improvisó el Bachillerato de Letras, compaginando su aprendizaje en el laboratorio de Biología con las clases de Introducción a la Filosofía de Zubiri, el hombre que le puso en contacto con los grandes pensadores clásicos: Aristóteles, Platón, San Agustín o Descartes.
A los dieciocho años conoció a José Ortega y Gasset, a cuya cátedra de Metafísica acudía diariamente con apasionado interés. Su maestro constituyó para él «un modelo de intensidad intelectual, de un rigor de pensamiento, de una belleza de expresión, que nos parecía la forma más perfecta que se podía alcanzar». Con él fundó en 1948 el Instituto de Humanidades de Madrid, del que Marías fue director.
La idea de la autenticidad, verdadera esencia de su pensamiento, se vislumbra ya en sus primeras publicaciones del año 34 en la revista «Cruz y Raya». Su primer libro, «Historia de la Filosofía», apareció en 1941. En él proclama su absoluta e irrenunciable fidelidad a los principios intelectuales de Ortega y Gasset. «Lo hice a sabiendas, con plena conciencia y desde entonces me dediqué a organizar una modesta vida privada, cuyo principio se podía resumir en decir con frecuencia no».
Vendrían después obras como «Introducción a la Filosofía», «Filosofía española actual», «Ortega y la idea de la razón vital», «El método histórico de las generaciones», «La escolástica en su mundo y el nuestro», «Antropología Metafísica» y «Breve tratado de la ilusión».
Encarcelado por una falsa acusación
Tras el paréntesis de la Guerra Civil -en la que fue encarcelado durante tres meses por una falsa acusación y liberado en agosto de 1939- tuvo dificultades para publicar sus artículos y se le impidió impartir clases como profesor de Filosofía y Letras. A principios de los cincuenta y tras ser «vetado» para acceder a la cátedra que Ortega dejó vacante, Marías impartió cursos como profesor invitado en las Universidades norteamericanas de California, Harvard, Yale y Puerto Rico, entre otras muchas. Como conferenciante expuso su pensamiento en los más importantes centros culturales del mundo, al tiempo que reflexionaba sobre la actualidad desde las páginas de ABC, del que ha sido uno de sus más asiduos y fieles colaboradores.
En octubre de 1964 fue elegido miembro de número de la Real Academia Española, para ocupar el sillon «S», que había dejado vacante Wenceslao Fernández-Florez. Ocho meses después, el 20 de junio de 1965, leyó su discurso de ingreso sobre «La realidad historica y social del uso lingüístico», que fue contestado por Rafael Lapesa. Su gran amigo Pedro Laín Entralgo solía referirse a Marías en su triple condición de maestro de la libertad, pensador de la circunstancia y escritor de casta, «que viene enseñando a los españoles a vivir como hombres libres».
En 1931 conoció en la Universidad a la que sería su mujer desde 1941, Dolores Franco Manera, con quien tuvo cuatro hijos: Miguel, Fernando, Javier y Álvaro. «Mi mujer fue lo más importante de mi vida. Con su muerte desapareció mi proyecto vital de tantos años, lo que le había dado su sentido. Yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa». Esta frase, tantas veces repetida tras el fallecimiento de su esposa en 1977, mostraba su desesperación ante esta desaparición de la que sólo le consolaba su convencimiento de que la vida no termina con la muerte: «Si así fuera, la felicidad sería un engaño».
De hecho, una de sus mayores satisfacciones fue la presentación en 1998 de la cuarta edición de «España como preocupación», escrito por Dolores Franco. El libro reflexiona sobre el ser de España a través de lo que de ella dijeron nuestros grandes escritores, desde Cervantes hasta Ortega, haciendo especial referencia a los hombres del 98. Marías aseguró entonces que tenía especial interés en que esta obra se reeditara para que la lean los jóvenes en una época «en la que se está haciendo la caricatura de la historia española de este siglo; una caricatura vergonzosa, una calumnia de España».
En 1971 fue elegido correspondiente de la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico. Fue además miembro de la «Hispanic Society of America», de Nueva York; del «Institut International de Philosophie», de la «International Society for the History of Idees», y del «Council of Scholars» de la Biblioteca del Congreso de Washington.
Senador real
El 15 de junio de 1977 Don Juan Carlos le nombró senador real y en enero de 1979 fue elegido presidente de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES). En el verano de 1980 fue nombrado catedrático «honoris causa» por la Universidad de la ciudad de Buenos Aires y cinco meses después tomó posesión de la recién creada cátedra «José Ortega y Gasset de Filosofía Española», de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. En diciembre de 1982, Julián Marías fue el primer intelectual en lengua castellana nombrado miembro del Consejo Internacional Pontificio para la Cultura, creado por el Papa Juan Pablo II.
De su imprescindible bibliografía -es autor de más de cincuenta libros- cabe citar los siguientes títulos: «Introducción a la Filosofía», «Historia de la Filosofía», «Nuevos ensayos de Filosofía», «La Escolástica en su mundo y en el nuestro», «Estructura social», «Ortega y la idea de la razón vital», «El existencialismo en España», «Idea de la Metafísica», «Biografía de la Filosofía», «Ortega, circunstancias y vocación», «Nuestra Andalucía», «La España real», «La devolución de España», «Método histórico de las generaciones», «Los españoles», «La imagen de la vida humana», «El oficio del pensamiento», «Justicia social y otras injusticias», «La mujer en el siglo XX», «Cinco años de España», «Problemas del Cristianismo», y «Ser español», entre otros.
Libro de memorias
En diciembre de 1988 presentó el primer tomo de sus memorias, «Una vida presente», que recoge su vida de 1914 a 1951 y que definió como «una narración vital que pretende poseer la vida y comunicarla, y un compendio de gratitudes». En 1989 completó las memorias con la publicación de otros dos volúmenes. Entre los galardones que ha recibido destacan el premio Fastenrath por «Miguel de Unamuno»; el Kennedy del Instituto de Estudios Norteamericanos, de Barcelona; el Juan Palomo por «Antropología metafísica», el Gulbeenkian de Ensayo, el de la Academia del Mundo Latino; el Ramón Godó de Periodismo, el León Felipe de Artículos Periodísticos, el del Colegio Oficial de Farmaceúticos de Madrid y el Mariano de Cavia, que recibió en 1985 por su artículo «La libertad en regresión», publicado en la Tercera de ABC.
En abril de 1988 fue galardonado con el premio Castilla y León de las Letras, Ese mismo año le fue concedido el premio Bravo, que otorga la Conferencia Episcopal. El 16 de diciembre de 1990 ingresó en ]a Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, con el discurso titulado «Reflexión sobre el cine». El filósofo ocupaba plaza en la sección de Artes de la Imagen.
En 1991 inauguró en París la cátedra Miguel de Cervantes, creada por el Comité de Lengua Española de la UNESCO, con una conferencia sobre el autor del Quijote. Ese mismo año presentó su nuevo libro «Cervantes clave española» en la Universidad de San Juan de Puerto Rico y formó parte del Comité de Expertos de la Exposición Universal de Sevilla. Obtuvo en 1996 el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Marías, que se consideraba miembro de lo que él mismo denominó Escuela de Madrid, ha presentado de forma sistemática los temas capitales filosóficos a la luz de la filosofía de la razón vital. Presidente de la asociación Fundes-Club de los 90, en 1993 publicó «Literatura y fantasma», una recopilación de ensayos y artículos, todos ellos sobre asuntos literarios. El 1994 se le dedicaron diversos homenajes con motivo de su 80 cumpleaños, entre ellos tres mesas redondas en el Instituto de España, donde Julián Marías enfocó su trayectoria como escritor, como filósofo y como humanista. ABC Cultural le dedicó entonces unas páginas especiales a un pensador esencial.
Fallece Julián Marías
El País
El filosofo y escritor Julián Marías ha muerto hoy en Madrid a los 91 años, según han informado fuentes de la Academia de la Lengua. Alumno y continuador de la obra filosófica de José Ortega y Gasset y Xavier Zubiri, Marías era miembro de la Real Academia de la Lengua desde 1964 y fue senador por designación real de 1977 a 1979.
Los restos mortales de Marías serán trasladados al tanatorio de la Paz, en la carretera de Colmenar, y serán enterrados mañana, viernes, en el cementerio madrileño de la Almudena, aunque la hora está por precisar.
Nacido en Valladolid, en 1914, residió en Madrid desde 1919. El pensador era autor de numerosas obras, entre las que destacan Historia de la Filosofía, Idea de la metafísica, La escuela de Madrid, Antropología filosófica y España inteligible.
Fue fundador con Ortega y Gasset del Instituto de Humanidades (1948-1950) e impartió docencia en varias universidades de Estados Unidos, entre ellas Wellesley College, Harvard, Yale e Indiana. Fue director del Seminario de Estudios de Humanidades y también miembro de la Real Academia de Bellas Artes y doctor honoris causa en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca.
Casado en 1941 con la profesora y escritora Dolores Franco Manero, tuvo cinco hijos varones, entre ellos el escritor Javier Marías. En 1996 se le concedió, compartido con el periodista italiano Indro Montanelli, el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
<< Home