lunes, mayo 01, 2006

Bradbury deslumbra al público argentino con sus reflexiones sobre la novela

No baja del millón de visitantes desde 1999, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires enciende el otoño suramericano. Mientras dura, la ciudad se transforma: los programas de radio transmiten desde allí y los escritores saltan a la televisión. Familias enteras (¡con mascotas de peluche incluidas!) disfrutan hasta el 8 de mayo de la 32ª edición con la tecnología como aliada. En uno de los actos más celebrados, Ray Bradbury, patriarca de la ciencia-ficción, fue teletransportado recientemente en la primera videoconferencia que ofrece la feria argentina y anticipó la publicación de tres novelas nuevas.

Trescientas personas vieron su sonrisa triplicada en tres pantallas gigantes, pero el mayor aplauso se lo llevó la fervorosa ocurrencia del autor de Crónicas marcianas (1950), quien a los 86 años anticipó tres novelas y expresó su fascinación por la ciudad con un "volveré y les haré el amor a todos ustedes".

Basta proponer un tema -¿la carrera espacial?, ¿Internet?, ¿el cine de John Houston?- para que Ray Bradbury (Waukega, Illinois, EE UU, 1920), tertuliano nato, teja como un prestidigitador una historia memorable en Los Ángeles (donde vive) o en la Luna (a la que sostiene que el hombre debe volver). "¿Y por qué no nos cuenta cómo llegó a publicar Fahrenheit 451 -la escalofriante antiutopía de una sociedad en la que los bomberos extinguen libros- en pleno macarthismo?", animó en la sala Gabriel Guralnik, experto en ciencia-ficción y co-conductor de la entrevista junto al editor Marcial Souto, responsable de la segunda época de Minotauro y traductor de Bradbury. Nada más hizo falta para que el escritor desempolvara su encuentro con Hugh Heffner: "Vino a verme un muchacho en 1953 que quería hacer una revista y me pidió cualquier historia que pudiera comprar por 300 dólares. 'Tome esta que nadie quiere publicar', le dije, y así es como todos los jóvenes del mundo están en deuda conmigo por haber contribuido con el nacimiento de Playboy", contó.

Autor de culto en todo el mundo, mientras esto sucedía en Buenos Aires, en España, Bradbury era galardonado con el VI Premio Reino de Redonda, "por sus extraordinarias narraciones fantásticas, en las que confluyen una inventiva tan original como poética, un profundo talante humanista y un desacostumbrado romanticismo". El fallo de la editorial Reino de Redonda del escritor Javier Marías destacaba el talento del autor de El hombre ilustrado (1951) para "crear verdaderos mitos modernos y lanzar acertadas visiones de un futuro a menudo amenazado por el riesgo totalitario que trae consigo la idolatría de la técnica deshumanizada". El reconocimiento, que se dio a conocer hace una semana, suma el nombre de Bradbury al de una selecta dinastía de duques artísticos (escritores o cineastas en lengua no española) iniciada en 2001 e integrada ya por Alice Munro, John Michael Coetzee, John Elliott, Claudio Magris y Eric Rohmer, ganadores de los años anteriores.

Un viaje literario

Entretanto, en Buenos Aires, lectores de todas las edades disfrutaban de su hora con Bradbury (exactamente eso duró el encuentro) y se revolvían en sus asientos anticipando el milagro de futuros viajes literarios. Aunque con grandes dificultades físicas (tiene parte del lado izquierdo del cuerpo paralizado tras dos derrames cerebrales), Bradbury sigue escribiendo y anunció esa tarde tres nuevas novelas a publicarse en el curso del próximo año. La primera de ellas, anticipó, saldrá en octubre y es Adiós estío, la segunda parte de El vino del estío (1957). Otra, En algún lugar toca una banda, contará la llegada de un hombre a un pueblo de inmortales y su amor "por una mujer que luce de 37 años pero tiene 150". "Empecé a escribirla hace 30 años para Katharine Hepburn, pero ella se aburrió de esperarme y murió. Creo que habría estado estupenda en el papel", aseveró el escritor, pensando ya en imágenes y rindiendo homenaje a otra de sus pasiones, el cine, para el cual ha trabajado como guionista en varias ocasiones. La tercera novela en cocción es Leviatán 1999, "algo así como Moby Dick en el espacio exterior", resumió, siempre inspirado, el autor.

"Imaginación, entusiasmo y falta de miedo a las emociones" caracterizan para Souto la obra de este "maestro viviente". "Lo que leemos en sus cuentos lo vemos, lo olemos... Su literatura apela a todos los sentidos", afirmó. Bradbury cree que la ciencia-ficción es un alimento para la imaginación altamente recomendable para niños. "Lo bueno de ella es que trabaja con metáforas y mitos, como los griegos, y a todos nos encantan esas historias. Gracias a un libro de Edgar Rice Burroughs y su serie de John Carter, yo conocí Marte a los 10 años y jamás volví", ejemplificó. Para los jóvenes escritores también tuvo palabras de luz: "He escrito todos los días de mi vida desde hace 80 años. ¿El secreto? Estar enamorado de todas las cosas. Nací como amante, así he vivido y moriré. Hay que enamorarse y permanecer enamorados. No escuchen nada que no sea su corazón y sigan ese camino. Si alguien no cree en ustedes y su futuro, apártenlo. Sean intensos y apasionados. Hagan eso y tendrán una vida feliz".

RAQUEL GARZÓN

El País, 1 de mayo de 2006