Javier Marías en el bolsillo
El autor de Corazón tan blanco y Todas las almas es uno de los escritores españoles vivos con más prestigio en el extranjero. Su biblioteca en formato pequeño [Biblioteca Javier Marías, DEBOLS!LLO] lo confirma.
Las sorpresas suelen darlas las relecturas y Javier Marías tiene todos los números para hacerlo. Su ciclo novelesco en torno a la sospecha se consolidó con Corazón tan blanco y creció con Mañana en la batalla piensa en mí, pero se fundó a sí mismo con Todas las almas, halló un camino equívoco en Negra espalda del tiempo y descubrió ramificaciones en los relatos de Cuando fui mortal. Es un escritor biológicamente dotado para la conjetura con tensión narrativa y sus lecciones literarias han sido cada vez más poderosas y ricas en hallazgos, como los que pueblan admirablemente sus últimas dos partes de novela publicadas, Tu rostro mañana. Había desechado en sus orígenes el pasado geográficamente próximo y apostó por la ucronía meditativa con espléndidos resultados: de ese laboratorio salió la seguridad para acercarse a lo peor, lo que está más cerca y conocemos mejor, allí donde el compromiso moral es ineludible y la brújula del explorador se hace más difícil de manejar, más atrevida y también más fecunda. Su trayectoria intelectual tiene mucho de modelo de la maduración de las letras democráticas, aunque él haya rehuido más de una vez semejante papel. No importa. Sus libros dicen tanto de nosotros que a menudo preferiríamos, por pudor, por la propensión malsana al autoengaño, que no lo hiciesen.
JORDI GRACIA
El País, Babelia,18 de noviembre de 2006
Las sorpresas suelen darlas las relecturas y Javier Marías tiene todos los números para hacerlo. Su ciclo novelesco en torno a la sospecha se consolidó con Corazón tan blanco y creció con Mañana en la batalla piensa en mí, pero se fundó a sí mismo con Todas las almas, halló un camino equívoco en Negra espalda del tiempo y descubrió ramificaciones en los relatos de Cuando fui mortal. Es un escritor biológicamente dotado para la conjetura con tensión narrativa y sus lecciones literarias han sido cada vez más poderosas y ricas en hallazgos, como los que pueblan admirablemente sus últimas dos partes de novela publicadas, Tu rostro mañana. Había desechado en sus orígenes el pasado geográficamente próximo y apostó por la ucronía meditativa con espléndidos resultados: de ese laboratorio salió la seguridad para acercarse a lo peor, lo que está más cerca y conocemos mejor, allí donde el compromiso moral es ineludible y la brújula del explorador se hace más difícil de manejar, más atrevida y también más fecunda. Su trayectoria intelectual tiene mucho de modelo de la maduración de las letras democráticas, aunque él haya rehuido más de una vez semejante papel. No importa. Sus libros dicen tanto de nosotros que a menudo preferiríamos, por pudor, por la propensión malsana al autoengaño, que no lo hiciesen.
JORDI GRACIA
El País, Babelia,18 de noviembre de 2006
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