domingo, enero 28, 2007

Babélicamente ametrallado

Leo con interés la entrevista con Javier Marías que The Paris Review publica en su último número: nada menos que 30 páginas en una de las revistas literarias más prestigiosas del mundo anglófono. Un paso mediático más hacia ese posible Premio Nobel que, según la entrevistadora, «es a menudo mencionado en la Prensa europea». Las preguntas documentadas e inteligentes a los escritores -una marca de fábrica de la publicación que George Plimpton fundó hace 54 años, hay quien dice que con el patrocinio de la CIA- suscitan respuestas inteligentes. Y leyéndola disfruté tanto que incluso le he perdonado al novelista que me haya hecho sentirme culpable porque me gustara la Babel de Iñárritu (que él, para mi sorpresa, todavía no había visto cuando hablamos). Luego me he enterado de que la película tampoco le gustó mucho a Millás, y a otros amigos. Y conste que mi sentimiento de culpabilidad no me lleva -como al acomodaticio Oblomov de Góncharov- a apostatar de mis gustos: no lo haría aunque obtuviera la estatuilla fetiche, lo que a muchos les parece peor baldón para la buena fama que obtener el Planeta (mutatis mutandis, claro). En todo caso, y siguiendo con narraciones en imágenes (esta vez inmóviles), esta semana me he sumergido, a ratos perdidos, en la peripecia de Metralla, una historia gráfica de la israelí Rutu Modan que ha publicado la editorial Sins entido, un sello independiente consagrado al cómic y a la ilustración de calidad (últimamente también ha publicado el álbum Hate Jazz, un interesante relato gráfico «negro» de los argentinos Horacio Altuna y Jorge González). Rutu Modan (Tel Aviv, 1966), de la que recordaba alguna ilustración publicada en The New Yorker, es una dibujante de «línea clara» que, sin embargo, bucea siempre en el lado menos brillante (personal, social, político) de nuestra contemporaneidad. Y siempre con el conflicto palestino-israelí como telón de fondo.

MANUEL RODRÍGUEZ RIVERO

Abc de las artes y las letras, 27 de enero de 2007