lunes, marzo 03, 2008

SORIA EN JULIÁN MARÍAS



Juan del Agua - Edgard G. Gingold - Jeanne Lafon - Emilio Ruiz

Centro de Estudios Sorianos (C.S.I.C.)
Soria, 2007


Edición: Diputación Provincial de Soria
Fotografía: Juan del Agua, Álvaro Marías, Emilio Ruiz
ISBN: 84-96695-13-1




INTRODUCCIÓN

Desde que tengo memoria he sentido la presencia de Julián Marías. Para mí la cercanía de Julián, de Lolita y de sus hijos no se ha limitado a los meses de verano que han pasado en Soria.

Julián, Lolita, con su hijo Julián, animados por Ortega, llegaron a Soria en el verano de 1946. Ya para entonces Julián y Lolita conocían a unos cuantos sorianos. Desde su época de estudiantes, en la Universidad Central de Madrid, a Francisco Ruiz Pedroviejo, hermana de mi abuelo, y a José Tudela de las tertulias de la "Revista de Occidente". Mi padre y mis dos tíos habían sido alumnos del matrimonio Marías en Aula Nueva. Apenas llegados a la "ciudad vivida" trabaron amistad con el inolvidable Heliodoro Carpintero y con sus hermanas Carmen y Mercedes. Conocían Soria por el Cantar del Mío Cid, Bécquer, Machado y Gerardo Diego, sin embargo, trascendieron del objeto literario para empaparse de su realidad durante más de cincuenta años.

Hasta 1977, en la ciudad que los acogió durante un par de meses, en ocasiones tres, Julián y Lolita continuaron trabajando con la misma energía que en Madrid, pero con mayor holgura, mientras sus hijos se tonificaban y actuaban con libertad. En Soria, les fueron sucediendo multitud de aventuras, aquellas que articulan la vida y le dan espesor. En sus largos y diarios paseos por la ciudad y los alrededores, pero sobre todo en las infrecuentes excursiones por la provincia, que se convertían en auténticas exploraciones. Soria aparecía inagotable, un puente, un río, un castillo, una casa, un comercio, una iglesia, el paisaje y por supuesto sus pobladores eran objeto de su atención, de su mirada, con actitud siempre comprensiva, en ocasiones inconformista, y siempre esperanzada.

Durante los veranos de 1972 a 1977, tuvieron lugar los Cursos de Estudios Hispánicos, concebidos y dirigidos por Julián y organizados por el Centro de Estudios Sorianos. Estos cursos figuran entre sus más vivos recuerdos, calificándolos de luminosos y extraños. Es probable que fueran extraños porque no eran suyos, y acaso por inesperados, por singulares. De lo que no cabe duda es que fueron extraordinarios. En Soria durante unos pocos días hablaron y enseñaron muchas figuras españolas de primer orden: Enrique Lafuente Ferrari, Fernando Chueca, Pedro Laín Entralgo, Rafael Lapesa, José Manuel Blecua, Manuel de Terán, Luis Rosales, Francisco Ynduráin, Francisco Ayala, Miguel Delibes, Miguel Batllori, Rosa Chacel, Luis Díez del Corral, José Antonio Maravall, Joaquín Casalduero, Emilio Alarcos, Salvador Fernández Ramírez, Juan López-Morillas, Carmen Martín Gaite, David Gonzalo Maeso...

La muerte de Lolita, en diciembre de 1977, sumió a Julián en la desolación, pero no dejó de pensar, de crear y de escribir, aunque aquellos cursos se extinguieron. Después y durante muchos años Julián fue asiduo visitante de la ciudad que ocupa por derecho propio el mayor número de citas en sus "Memorias", y así pude escuchar de su propia voz, en los desayunos y en las sobremesas, varios artículos que a continuación salían por distintos periódicos y publicaciones, y también fragmentos de algunos de sus libros más personales: Las trayectorias, España inteligible y Cervantes clave española.

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Emilio F. Ruiz




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