Javier Marías recibe en Dublín el Premio Impac de Literatura en plena fiesta del 'Bloomsday'

ÁNGELES GARCÍA , Dublín

Javier Marías tuvo ayer una jornada redonda. A la misma hora que el Real Madrid, su equipo favorito, se proclamaba campeón de Liga, él recibía en el Royal Hospital Kilmainham de Dublín, sede del Centro Nacional de las Artes de Irlanda, el Premio Internacional Impac 1997 de Literatura, por Corazón tan blanco (Anagrama) , novela con la que ya ha obtenido los prestigiosos premios internacionales Rómulo Gallegos, en Latinoamérica, y el Fémina, en Francia. El Impac, creado por la primera compañía mundial en ingeniería de gestión y productividad, está dotado con 23 millones de pesetas.

 

Javier Marías, con James B. Irwin, presidente de Impac, en Dublín (Reuter)

 

Marías recibió el premio de manos del presidente de Impac, James B. Irwin, en una ceremonia a la que asistió la presidenta de Irlanda, Mary Robinson, y numerosos invitados más que llenaron el interior del Centro Nacional de las Artes. La representación española estuvo formada, entre otros, por el embajador José María Sanz-Pastor, el director del Instituto Cervantes en Dublín, Javier Odriozola, y Adrián Piera, presidente de la Cámara de Comercio de Madrid. El grupo de teatro Macnas, similar a los españoles Els Comediants, hizo una representación sobre la historia de la censura en Irlanda hasta hace 30 años, escenificando el caso de un sastre al que la iglesia obligó a quemar toda su biblioteca.

Al recibir el premio, Javier Marías aseguró sentirse ante todo sorprendido y algo atemorizado por el hecho de que su novela haya conseguido una distinción tan alta cuando todavía permanecen en su memoria las dudas que tenía cuando la escribía, y si ese texto iba finalmente a interesar a alguna persona. Pero de lo que el escritor se sentía especialmente contento era de algunos de los elementos con los que se concede el premio: los candidatos son seleccionados por bibliotecarios de todo el mundo "y los bibliotecarios son ciertamente lectores cándidos y exigentes al mismo tiempo".

También participan los traductores -Margaret Jull fue premiada en la ceremonia con 6 millones de pesetas por su traducción al inglés de Corazón tan blanco- y Marías señaló su extrema importancia en la transmisión de diferentes culturas, palabras y ritmos. Y, sobre todo, celebró que el nombre de la ciudad de Dublín esté ligada al premio, ya que para él es una de las ciudades más literarias y legendarias que conoce, tanto a través de maravillosas novelas y poemas como por medio de películas. Marías agradeció a los creadores del premio la generosidad de admitir obras de ficción en lengua no inglesa.

En su intervención, Marías habló de la universalidad de las buenas historias. "Una historia en sí misma no es nada, porque aún no está contada. Ni en la literatura ni en la vida hay sólo hechos cuyo destino sea ser contados de una manera inevitable. En una de mis novelas un personaje dice: 'Cuando las cosas llegan a un final tienen un número y el mundo entonces depende de sus narradores'". Pienso que la bondad de una historia depende de la manera de contarla".

La presidenta irlandesa, que asistió pese a encontrarse enferma, recordó que Dublín es una ciudad literaria por excelencia, cuna de grandes libros. Después de alabar la obra de Marías, aseguró que buscará tiempo este verano para leer las de los demás candidatos.

James B. Irwin, presidente de Impac, dijo que este premio tiene la novedad de que "es un regalo de los lectores a los escritores", y recomendó la lectura aconsejando que la gente abandone el hábito de ver la televisión, "porque se acaban convirtiendo en patatas sentadas en un sofá".

Con este premio, Corazón tan blanco se convierte en la novela más premiada, conocida y leída de Marías. Solamente en Alemania lleva vendidos 360.000 ejemplares y ahora se prepara la edición de bolsillo, con una tirada inicial de 150.000. También en el mercado germánico sale en estos días Todas las almas, con una primera tirada de 50.000 ejemplares y en enero, Mañana en la batalla piensa en mí . "Me alegra todo este éxito, todos estos premios", dijo a EL PAÍS, "porque siento que son premios de verdad, concedidos por gente que no te conoce de nada y para quienes sólo cuenta el texto que tienen delante. No puedo evitar pensar en la suerte que tengo. Eso me tranquiliza y evita que me ponga nervioso".

 

Nacido de pie

"A mis 45 años he tenido más éxito, elogios y ventas de lo que podría esperar en toda mi vida. De verdad que nunca sospeché que llegaría a tener una aceptación como la que he tenido en Alemania. Si de ahora en adelante me viniera un fracaso espantoso, sé que no me quejaría. Estoy vacunado contra cualquier fracaso futuro. Si escribo raro y difícil, no pasará nada. Soy consciente de haber nacido de pie".

Para esta segunda edición del Premio Impac fueron seleccionados 113 candidatos, escogidos por las bibliotecas de 104 ciudades de 49 países. Las bibliotecas públicas de Dublín hicieron la selección final. Entre los finalistas estaban Antonio Tabucchi, Sherman Alexei, Doung Thu Huong, Lars Gustaffson, Rohintson Mistry, A. J. Verdell y Alan Warnbar.

 

La obra al desnudo

Á G. , Dublín

Corazón tan blanco será llevada al cine. La polémica adaptación que Gracia Querejeta hizo de su novela Todas las almas , que se estrenó con el título de El último viaje de Robert Rylands, no desanima a Marías ante posibles futuros resultados negativos.

El escritor no se siente tentado por el trabajo de la adaptación cinematográfica, pese a que es un empedernido cinéfilo y posee una amplia colección de películas. "Hay una productora francesa y otra alemana pugnando por conseguir los derechos. El disparatado resultado de Todas las almas no me influye. Ni entonces ni ahora intervendré en el guión. Yo escribo en prosa y replantearme una novela a base de diálogos me es un trabajo ajeno", manifiesta.

Entre premio y premio y la continúa salida de nuevas ediciones de sus libros anteriores, Marías escribe artículos para la prensa y avanza en lo que puede en su próxima novela, una obra de la que aún no tiene el título, pese a que se encuentra muy avanzada. "Lo único que tengo claro es que no haré ninguna presentación, entrevista ni rueda de prensa", afirma Javier Marías con rotundidad. "La novela saldrá sola sin mi ayuda y se enfrentará directamente con el público".

 

Canciones y jazz

Un chino canta, en medio de un coro de atildados músicos dublineses, las canciones de Molly Bloom y otras melodías de primavera, y la maestra de Manhattan baila jazz con un tipo adusto que se viste como uno de los cocheros funerarios del Ulises. No hizo falta que le preguntáramos; el antiguo cochero se acercó a nosotros y bamboleándose ligeramente al principio de una escalera del siglo XIX nos dijo: "Soy el sobrino de Joyce". A esa hora de la noche, mirándolo un poco más de cerca, llegamos a creer, además, que era el mismo James Joyce.

 

El País, 14 de junio, 1997