PRESENTACIÓN EN BARCELONA DIARI DE TARRAGONA

 

Javier Marías presenta en Barcelona la primera parte de su última novela

Fiebre y lanza es el primer volumen de Tu rostro mañana

El escritor Javier Marías, que ayer presentó en Barcelona el primer volumen de su última novela Tu rostro mañana, que lleva por título Fiebre y lanza, aseguró que sigue escribiendo porque en "la literatura siempre hay averiguación".

Marías comentó que "habitualmente no tengo en mi cabeza toda la historia que voy a contar antes de empezar, procuro no saber demasiado de esa historia e intento improvisar".

El escritor añadió que para él "sería muy aburrido saber de antemano toda la historia como les sucede a muchos escritores, pero en mi caso me ha sucedido en pocas ocasiones, como me pasó en algún cuento, y entonces tengo la sensación de estar escribiendo una redacción".

A su juicio, la experiencia de la escritura tiene la ventaja de que "siempre hay una averiguación" y recuerda que "inventar y averiguar son sinónimos en su origen etimológico". Marías explicó gráficamente estas sensaciones cuando indicó que "al contrario que algunos escritores, que trabajan con mapa y saben que en el camino encontrarán un río y dos desfiladeros, yo prefiero hacerlo con brújula, es decir, sé donde quiero ir, pero no sé lo que me voy a encontrar".

Del mismo modo, el autor, poco amigo de la planificación literaria, no esconde una "envidia" irónica hacia los autores que tienen un proyecto literario, "algo nada más lejos de mis capacidades, pues cuando acabo un libro no me consta que vaya a haber otro, aunque será lo más probable".

Al respecto, Marías recordó la frase que recoge uno de sus personajes de Fiebre y lanza que dice que "en el fondo odiamos la certidumbre". Sin traicionarse, rechaza asimismo la literatura aleccionadora: "me gustan las novelas que llevan al lector a pensar, y por eso la narrativa más que una forma de conocimiento es de reconocimiento".

 

Diari de Tarragona
Jueves, 31 de octubre, 2002

 

PRESENTACIÓN EN ZARAGOZA HERALDO DE ARAGÓN

 

El alfiler de Shakespeare

El Aula Magna de Letras estaba a reventar. Oímos: "No te podrás sentar". Por Marías, incluso con calor, nos sentamos en el suelo. Un alumno de cuarto dijo: "Nunca habíamos visto este salón tan lleno". Esperábamos a Javier Marías Apareció con su insignia de Shakespeare en la solapa; explicaría luego que era "un alfiler de corbata" que había pertenecido al actor Robert Donat, protagonista de "39 escalones" de Hitchcock. Toda una declaración de intenciones: el cine, Shakespeare, o sea la Literatura. José-Carlos Mainer se encargó, en una mini conferencia, de explicar quién era Marías: recorrió su completo árbol genealógico (cuando dijo que su tío Jesús Franco era director de películas de miedo, Marías apostilló: "y pornográficas". Risas) y dijo que su escritura es como un hilo que el escritor se resiste a dejar, llena de subordinaciones y precisiones. Marías jugaba a refugiarse: lo mismo se ponía el índice sobre la cabeza, que colocaba la mano derecha en la cadera o fingía fumar un cigarrillo invisible. Le veíamos y pensábamos en la tira que le dedicó Cano: Marías como Sterne, H. James, Djuna Barnes, T. Bernhard. Marías como Marías, actor literario. Oyó de Mainer: "Marías propone un mundo moral con personajes egoístas, cultivados, dubitativos". A pesar de ese proyecto mítico-libresco que es Reino de Redonda, se confesó republicano y contó que Coppola le pidió por fax que le nombrase "Duque de Megalópolis". El público estaba entregado: era la primera vez que el número de profesores rivalizaba con el de alumnos. Marías se declaró un escritor grave, "no sé si hasta pesado", con tendencia a cierta desolación; Habló de la presencia de políticos reales en sus textos, "son personas y peleles", y dijo: "El espacio cómico son los telediarios". Se confesó interesado por la crítica —citó a E. Wilson, Steiner, Benjamín, H. Broch o Juan Benet-, aseguró que la crítica y las traducciones son las mejores maneras de leer. Subrayó dos ideas: "Nadie puede contar toda la verdad" y "La ficción es la representación artística que perdura. Cuando alguien le preguntó quién es la señora de paraguas que llama a la puerta al final de Tu rostro mañana, dijo que quizá aún no lo supiese, y pareció anticipar que no será una antigua amante del protagonista porque eso, tal como le dijo un amigo, "siempre decepciona".

 

Antón Castro
Heraldo de Aragón
8 de noviembre, 2002

 

PRESENTACIÓN EN SEVILLA EL PAÍS ANDALUCÍA

 

El escritor Javier Marías habla en la Hispalense de su novela Tu rostro mañana

'Esto no es una conferencia al uso, no os asustéis. En estas aulas hablamos de Góngora, Quevedo, Becquer o Galdós, gente a la que no podemos interrogar después y hoy tenemos la suerte de poder hablar con Javier Marías sobre su obra'. De esta forma presentó el profesor Enrique Rodríguez Baltanás al escritor Javier Marías a las cerca de 400 personas que ayer se dieron cita en el Aula Magna de la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla para comentar con el escritor madrileño su última novela: Tu rostro mañana (Fiebre y lanza). 'Pero esa gente al menos vale la pena, ¿no?', contestó entre abrumado y divertido Javier Marías, que suscitó con su rápido quite las primeras risas de los presentes.

Roto el hielo, Rodríguez Baltanás se entretuvo en glosar al detalle la carrera de Marías, que empezó con 20 años cuando escribió su primera novela Los dominios del lobo. 'Esta gran producción me lleva a la conclusión de que ya no eres un autor joven', sentenció el profesor levantando una nueva oleada de carcajadas en las bancas. 'Pero no me refiero a la madurez biológica, sino a la literaria, porque ha conseguido ya la madurez en el sentido de que domina su mundo y nos lo muestra con desahogo', añadió presuroso Rodríguez Baltanás ante la cara de estupor de Marías, que durante toda la introducción mantuvo la mirada baja y se entretuvo jugueteando con el tapón de una botella.

'Tu rostro mañana es una magnífica novela de espías atípicos que refleja que todos somos un poco espías en nuestra vida cotidiana. Es una falsa novela en la que nunca se sabe dónde empieza la realidad y dónde la ficción. Y también es una novela de atmósfera que envuelve al lector', sintetizó Rodríguez Baltanás, que agradeció al autor el uso de ese esquema narrativo 'de errar con brújula, de divagar, pero sin perder nunca el norte de la narración'.

Tu rostro mañana cuenta la historia de Jaime Deza -personaje que actúa de narrador- cuando en plena Segunda Guerra Mundial es contratado por un grupo anónimo que creó el MI6 -el servicio de inteligencia y espionaje interno británico- 'por poseer un don especial: el de ver lo que la gente hará en el futuro, el conocer hoy como serán sus rostros mañana, el saber quiénes nos traicionarán o nos serán leales', explicó Marías.

'Es una historia sobre la delación y la traición, algo que ha sido un modo de vida en España durante muchos años', añadió el escritor, que resumió la filosofía de su obra citando una frase recogida en un libro de cuentos irlandés: 'Demuestra que en el mundo de los humanos nada es puro y sin mezcla'. Esta reflexión le sirvió al autor para explicar a los presentes qué le llevó a escoger su profesión: 'Escribo para no tener jefe ni tener que madrugar. Además, amigos míos que sí trabajan en una oficina me dicen que lo de los soplones y acusicas es algo en boga para medrar en el trabajo'.

Un autor maduro y laureado

'La madurez de Javier Marías coincide con la madurez de la novela española actual después de mucho tiempo de estar perdida en aventuras. Ha conseguido recuperar al lector español para la novela y también a los lectores de muchos países de Europa, donde sus obras han sido excepcionalmente acogidas por la crítica y el público, como por ejemplo en Alemania, donde es uno de los escritores de mayor éxito'. Así resumió el profesor de la Hispalense Enrique Rodríguez Baltanás la brillante carrera de Javier Marías como novelista, 'pero también como cultivador de otros géneros como el cuento, el relato o el artículo, género éste fundamental y piedra de toque de un buen escritor'. Javier Marías (Madrid, 1951) se acercó de forma temprana al mundo de las letras empujado por el ambiente familiar -su padre es el filósofo Julián Marías- y, como él mismo reconoce, por escapar de la vida rutinaria que supone 'tener que madrugar y soportar a diario a un jefe en una oficina'. Desde que en 1971 publicase su primera novela Los dominios del lobo, las obras de Marías, y no sólo las novelas, han sido recibidas con gran entusiasmo por la crítica y por el público, convirtiéndole en un auténtico fenómeno literario y editorial a nivel mundial. Sus libros están traducidos a 32 lenguas en 44 países y se han vendido más de cuatro millones y medio de ejemplares en todo el mundo. De todas sus obras, la que más aceptación ha tenido ha sido la novela Corazón tan blanco, de la que vendió un millón cien mil ejemplares sólo en Alemania, Austria y Suiza. Por esta novela, el escritor madrileño obtuvo prestigiosos premios, como el Premio Nacional de la Crítica en España (1993) y el Prix L'Oiel et la Lettre de los libreros franceses a la mejor novela extranjera. En 1997, Corazón tan blanco fue galardonada con el premio Impac International Dublin Literary Award, el más cuantioso premio de todo el mundo a una sola obra ya publicada, como mejor novela aparecida en lengua inglesa en 1995. En 1997, esta misma novela fue destacada como 'uno de los 25 libros que recordar' sin distinción de géneros por la Biblioteca Pública de Nueva York.

 

El País, Andalucía
Miércoles, 6 de noviembre de 2002
Por S. Mellado

 

PRESENTACIÓN EN SEVILLA DIARIO DE SEVILLA

 

LITERATURA: El peor novelista de la historia
Javier Marías eligió un público estudiantil para presentar en Sevilla el primer volumen de su nuevo libro, una falsa novela de espías.

El que no quiera tener jefe ni madrugar, que escriba novelas. Y que las venda. Son los dos privilegios de que goza Javier Marías por llevar treinta años aplicado en ese empeño. Su último título ya está en la calle, Tu rostro mañana. De seguir la línea de ventas y aceptación de los anteriores, seguirá disfrutando de esa doble bula, exento de esa doble secuela de la revolución industrial: el jefe y los madrugones en cadena.

"Javier Marías ya no es un autor joven". "Ya era hora", respondió el autor a Enrique Baltanás, que lo presentó en acto académico en el Aula Magna de Filosofía. Quizás el escritor, que publicó su primera novela antes de cumplir los veinte y acaba de rebasar los cincuenta, acaricia en su fuero interno lo que llama en esta novela "el tiempo del anciano astuto", cuando el hombre de la edad de su padre, el filósofo Julián Marías, empieza su maquinación, su dramaturgia.

Las novelas de Marías no son novelas corrientes. El narrador se convierte en un personaje más. El autor le hace préstamos al narrador para que sin serlo parezca autobiográfica. Uno de esos préstamos es un episodio familiar: la delación sufrida por su padre ante la policía franquista de parte de su mejor amigo del instituto. "Eso condicionó su vida y la mía".

"En España no somos muy conscientes de que la delación, la traición, la denuncia han sido un modo de vida de mucha gente durante muchos años. Y no sólo por motivos ideológicos, sino para eliminar rivales, competidores. El que sabe o no sabe, pero inventa y es creído".

Toda guerra es novelable, pero más le parece la napoleónica o la de Secesión que la del 36. "Es un material muy delicado". Lo ficticio acaece. Con esta premisa, Marías cree que la responsabilidad del novelista es mayor que la del ensayista o el historiador, porque la memoria es más receptiva a la ficción que a los contenidos de esas disciplinas, por muy científicas que se presenten a sí mismas.

Justifica la división de esta nueva novela en dos partes (Fiebre y lanza es la primera) porque detesta las novelas muy largas "salvo el Quijote o que sea de Dickens". Más detesta el género de los diarios. "Me parece insoportable y patético. Jamás he escrito diarios y no se me ocurre leerlos. Vivir ya es bastante cansado como para encima ponerte después a escribir lo vivido. Las memorias son otra cosa. Las de Saint-Simon son magníficas".

Novela de espías. Novela de atmósfera. Falsa novela. Novela traducida. Metanovela. Todos estos epítetos fueron utilizados por el introductor. Falsa novela de espías, deja caer el novelista en una dedicatoria. Habla en el libro del mundo universitario "tacaño o depauperado" mientras un grupo de alumnos, antes de empezar el acto, comentan un programa de Canal 47 en el que se habló del padre de Paquirri y del hijo de Julio Iglesias.

Alicia Moreno Pérez acude a la charla con su título de licenciada en Filología. A Marías le molesta la literatura que llama "de notarios", esos detractores que lo acusan de hacer un pésimo servicio a la filología poniendo mal las comas. "Una vez me dijeron que era el peor novelista de la historia".

Baltanás le pide al autor que lea un párrafo de su libro. "Hablan los libros en mitad de la noche como habla el río...". Y cuando habla el novelista que creó esta frase deja de hablar. "Tengo la vista cansada y el oftalmólogo me ha recomendado que no use todavía gafas progresivas". Ni corto ni perezoso, Marías se quita las lentillas y se lee su párrafo de un tirón.

Vamos muy mal de tiempo, dice una y otra vez el presentador. De culo, tan cerca de la negra espalda. En la novela, el autor le presta al narrador un jefe, que lo contrata como intérprete de vidas, traductor de personas o anticipador de historias, que de las tres maneras llama a ese oficio consistente en desenmascarar a los quintacolumnistas y agentes nazis en la Inglaterra de Churchill, que ganó el Nobel de Literatura.

 

Diario de Sevilla
Miércoles 6 de noviembre, 2002
Por Francisco Correal

 

PRESENTACIÓN EN SEVILLA ANDALUCÍA 24 HORAS

 

Javier Marías indaga en la "insondable esencia" de las personas en su última novela, Tu rostro mañana

El escritor Javier Marías presentó en Sevilla su última novela Tu rostro mañana (Alfaguara), en la que indaga con más profundidad en algunos de sus temas ya clásicos, como la "insondable esencia" de las personas o "la bendición y la desdicha del hablar y el callar".

En rueda de prensa, el autor explicó que lo que se publica en esta ocasión no es la novela completa, sino un primer volumen, titulado Fiebre y lanza, que tendrá su continuación en un año o año y medio. El escritor expresó su miedo de que, "saturado por hablar tanto del libro y los personajes" en las numerosas entrevistas que ha concedido, al final no sea capaz de abordar una segunda parte "y tenga que terminar escribiéndola Pérez Reverte, si le apetece".

Según Marías, la idea de publicar la novela en dos partes responde a su gran extensión (sólo el primer volumen ronda las 500 páginas) y a la necesidad de elegir entre lo que considera dos descortesías respecto al lector.

Así, "a pesar de que las personas a las que les guste la novela pueden sentirse decepcionadas por tener que esperar para conocer el final", ha preferido elegir esta descortesía "que la de publicar un libro con 1.000 páginas, pues, personalmente, como lector, detesto las novelas muy largas, a no ser que sea El Quijote o alguna de las obras de Dickens que no he leído aún".

PROTAGONISTA

En Tu rostro mañana, Marías, ganador de numerosos premios internacionales y cuya obra ha sido traducida a más de 30 idiomas, recupera como protagonista a un antiguo narrador suyo, el de Todas las almas, pero sin que la novela "sea en modo alguno una continuación de aquélla".

El narrador, que en Todas las almas había estado dos años en Oxford, regresa ahora a Inglaterra tras separarse, "por no seguir cerca de mi mujer mientras ella se me alejaba", dice Jaime o Jacobo o Jacques Deza, que a todos esos nombres responde el protagonista de la historia.

Aunque Deza empieza la novela con la frase "no debería uno contar nunca nada", su tarea va a ser la contraria, contarlo todo, hasta lo aún no sucedido, al ser contratado por un grupo creado durante la Segunda Guerra Mundial por el MI6, el Servicio Secreto Británico.

Un grupo "sin nombre" que sigue funcionando en la actualidad, "aunque de manera tal vez degradada o quizás bajo diferentes auspicios" y del que Deza entra a formar parte recomendado por un viejo profesor retirado de Oxford, Sir Peter Wheeler.

Los reclutados por ese grupo tienen "un cierto don, una cierta capacidad para ver en los otros, para conocer cómo serán sus rostros mañana, para saber hasta dónde pueden llegar las personas, aunque no se les presenten las circunstancias adecuadas". Para saber si serán leales o traidores y si serán o no capaces de matar.

El protagonista debe pronunciarse sobre diferentes personas, famosas o anónimas, y luego debe redactar una serie de informes que nunca sabe para qué serán utilizados. Deza emplea así una capacidad "que en el fondo todos tenemos, pero pocos se atreven a usar, ya que casi todos vemos mucho más de lo que nos atrevemos a pasar por nuestra conciencia, pues la gente teme juzgar en serio, odia conocer y detesta las incertidumbres", defendió Marías.

A propósito del tema de la traición, el autor se refirió a un episodio de su vida familiar recogido también en la novela. Se trata de una historia que ha tomado prestada a su padre y que ha novelado como la historia del padre de Deza. "Mi padre, como ya contó él mismo en sus memorias, fue soldado republicano y al terminar la Guerra Civil, su mejor amigo desde el Bachillerato le delató, porque en el aquellos días la delación, la traición, se convirtió en una forma de vida", añadió.

ESCRITORES PREFERIDOS

Marías, que señaló a Jovellanos, Clarín, Valle-Inclán o Juan Marsé como algunos de sus escritores preferidos, manifestó que Tu rostro mañana es la novela "más ambiciosa" que ha escrito en cuanto a la extensión, "aunque eso no significa nada, pues hay novelas maravillosas de tan sólo 100 páginas".

De este modo, el autor de Corazón tan blanco y Negra espalda del tiempo, aseguró que no escribe pensando "que la última novela tenga que ser mejor que la anterior". "Si lo consigo, estupendo, pero si no, no ocurre nada, pues incluso el que tiene talento no lo tiene garantizado para siempre", aclaró.

Entre los autores actuales que prefiere leer, citó a Eduardo Mendoza y Arturo Pérez Reverte, "pues los escritores que más me gustan son aquellos que no tienen nada que ver con mi estilo". "La capacidad admirativa nace de lo que uno no es capaz de hacer", indicó este autor, quien sigue escribiendo principalmente "para no tener jefe y no madrugar" y más allá de esas dos razones básicas, "para poder pensar de un modo distinto a cómo lo haría en otras circunstancias".

 

Andalucía 24 horas
6 de noviembre de 2002

 

PRESENTACIÓN EN BARCELONA EL PAÍS EDICIÓN CATALUÑA

 

Testigos de cargo

Uno pensaba que los escritores Javier Marías y Juan Villoro se presentarían con gabardina, sombrero a lo Bogart y gafas oscuras y que conversarían entre susurros sobre Tu rostro mañana (Alfaguara) parapetados tras sendos ejemplares de The Times, pero no. Se contentaron con buscar un marco adecuado para hablar de una novela que trata de espías y de delaciones, de conocimientos y de traiciones, de historias y de ficciones. De literatura, en definitiva. El marco era la sala de actos del Colegio de Abogados de Barcelona, llena de un público fiel dispuesto a reírle todas las gracias a Marías.

En el escenario, sentados en butacas tapizadas de rojo, estaban Javier Marías y Juan Villoro, decididos a afrontar todo el peso de la ley y a ejercer de testigos de cargo en una presentación presidida por la sombra de desconfianza que emana de las páginas del libro. "No debería uno contar nunca nada", empieza la novela de Marías, y a partir de ahí siguen cerca de quinientas páginas de buena literatura sobre el resbaladizo territorio de los servicios secretos. El narrador es un personaje que vuelve de una novela que, con el paso de los años, se está volviendo básica en la obra de Marías: Todas las almas. Si allí ejercía de español sin nombre en el mundo universitario de Oxford, ahora vuelve al mismo escenario, con un nombre cambiante, para profundizar en el complicado mundo del espionaje británico.

"Hay un poco de desorden en mi libro", aceptó Javier Marías, escritor digresivo donde los haya. "Buena parte de esta primera parte de la novela (Fiebre y lanza) pasa durante un fin de semana; o mejor dicho, entre un sábado y un domingo por la mañana. En la segunda parte, que estoy escribiendo, acabará el fin de semana. Entre medio, claro, hay episodios que se intercalan". Son episodios que hablan de distintos aspectos del mundo de los espías, mientras el narrador recibe el encargo de redactar informes sobre una serie de personajes. En todo caso, la consigna de "calla, calla y sálvate" se va repitiendo. "Siempre me ha sorprendido que en las películas americanas adviertan a los detenidos de que pueden permanecer en silencio pero si hablan puede ser utilizado en su contra", señaló Marías. "No entiendo cómo ante esta advertencia no permanecen en silencio. No será porque no les avisan".

Marías se confesó ante el jurado del público como un escritor que improvisa, pero dentro de un esquema. "En mis novelas hay desorden porque me gusta improvisar", dijo: "Hay escritores que trabajan con mapa y que saben exactamente el camino por donde avanzarán. No es mi caso. La verdad es que me aburriría mucho trabajar así. Yo trabajo con brújula: sé hacia dónde voy, pero no sé si habrá ríos, desfiladeros, montañas… Hay escritores que afirman que sus personajes les sorprenden cobrando vida propia. No deja de asombrarme, ya que se trata de seres de ficción creados por el autor, que es quien decide a la postre. En mis libros yo me permito sorpresas, pero sabiendo que soy yo quien manda".

En la presentación quedó claro que a Javier Marías no le gusta escribir como quien rellena las casillas de un crucigrama. Tampoco le va la acción lineal, sino que prefiere escribir novelas alrededor de una idea y recurrir a menudo a la digresión, para ir añadiendo capas de cebolla a su mundo literario. No es extraño, por otra parte, en alguien que tradujo el Tristram Shandy, la gran obra de Laurence Sterne, autor cumbre de la digresión.

En su nueva novela -o media novela, ya que habrá continuación-, Marías entra en el mundo del espionaje, con todo el misterio que emana de los servicios secretos británicos, siempre ligados al mundo universitario de Oxford y Cambridge. Por las páginas del libro asoman la guerra civil española, la II Guerra Mundial y personajes míticos como el espía Kim Philby. Por cierto que cuando Juan Villoro le preguntó a Marías si él mismo había sido espía, se entretuvo encendiendo un cigarrillo y, tras expulsar el suficiente humo para crear un ambiente digno de un espía, dijo lo típico: "Si fuera un espía, no estaría autorizado a decirlo". Siguió, evidentemente, un cruce de miradas cargadas de desconfianza entre los asistentes. De repente, surgió la convicción de que todos podíamos ser espías y todos podíamos ser espiados. "El narrador escucha mucho", precisó Marías, "y en Oxford hay mucha gente que ha trabajado como consejero para los servicios secretos. Yo he conocido a gente que ha trabajado para el MI6, pero yo, en principio, no. En todo caso, como he dicho, no me autorizarían a decirlo".

El acto terminó con la lectura de un fragmento de la novela en el que Marías narra un episodio de delación sufrido por su propio padre en la primera posguerra. Los asistentes escuchaban en silencio y prorrumpieron en una salva de aplausos cuando terminó. A continuación, los cruces de miradas se intensificaron. De repente, volvía la sospecha: todos podíamos ser delatados o delatores. Una vez en la calle, los coches que circulaban de prisa por la calle de Mallorca parecían otorgar a Barcelona un aire de ciudad repleta de espías, como la Viena de posguerra que Graham Greene describió en El tercer hombre. O como el Oxford de Tu rostro mañana, esa novela que se presentó en el Colegio de Abogados de Barcelona y que, como en los mejores episodios de espías, termina con un enigmático "continuará...".

 

El País
Edición Cataluña
Viernes 1 de noviembre, 2002
Por Xavier Moret

 

PRESENTACIÓN EN MADRID EL PAÍS

 

Javier Marías reivindica la diversión en la literatura

El escritor mantuvo un diálogo público sobre su nueva novela 'Tu rostro mañana'

Irónico, sutil, provocador, Javier Marías demostró ayer que la palabra puede ser un espectáculo al presentar ante unas 400 personas la primera entrega de su nueva novela, Tu rostro mañana (Alfaguara). Fue en el Círculo de Bellas Artes donde el escritor reivindicó la necesidad de divertirse a la hora de crear un texto: 'Soy un escritor veterano', sentenció, 'y a la hora de trabajar me canso, pero sobre todo lo paso bien'.

Fumó como un descosido y enjuagó su discurso a base de Coca-Cola light, pero no por eso Javier Marías se mostró ligero, sino más bien certero en las respuestas a las preguntas que le formuló el periodista Juan Cruz. Habló de los temas que encierra Tu rostro mañana, cuya primera entrega lleva el subtítulo de Fiebre y lanza. 'Esta novela habla de la traición, el desengaño, la decepción, en un país donde no existe la presunción de inocencia sino la presunción de culpabilidad, donde durante unos años terribles bastaba una acusación'.

Dijo sentirse un escritor veterano: 'Mi primera novela salió hace ya 31 años, pero la veteranía no me ha dado ni seguridad ni aplomo. Envidio a esos autores que están tan convencidos de su valía, que ni se esfuerzan'.

Aseguró ser un escritor que creaba sin mapas. 'Hay algunos que empiezan una obra y recorren un trayecto sabiendo lo que les espera. Eso me aburriría. Yo, en vez de con mapa, trabajo con brújula. Uno sabe hacia dónde va pero no sabe lo que le espera en el camino: qué río, qué precipicio o qué desierto se va a encontrar', e ironizó: 'Todavía me sorprenden esos colegas que afirman que sus personajes se les rebelan. Pero, ¿cómo se les van a rebelar? Un personaje es ficción. O son pusilánimes y se dejan dominar por entes de ficción, o no lo entiendo. ¿Ustedes se imaginan a pequeños duendes que se les suben en el hombro y les dicen: No pienso irme'.

El escritor aseguró que nunca se ha sentido un escritor profesional: 'No he tenido nunca la necesidad de escribir; tampoco miedo a la página en blanco. Escribo cuando me asalta algo más modesto que la necesidad. Escribo cuando me entran ganas'.

'¿Ganas de crear belleza?', le preguntó su oponente. '¿Te crees que soy Gala?', respondió con un dardo Marías.

El escritor también explicó porqué había decidido publicar su nueva obra en dos entregas: 'Porque detesto en estos tiempos las novelas de mil páginas. Puede que de la segunda entrega me salgan sólo cien y tengan que publicarlo con letra gorda, pero es una cuestión que preocupa más a mis editores que a mí'.

 

El País
Sábado, 26 de octubre de 2002
Por J. RUIZ MANTILLA

 

NOTICIA EL MUNDO

 

Javier Marías reflexiona sobre la traición en su nueva obra, Fiebre y lanza

Cuando hace cuatro años publicó Negra espalda del tiempo, Javier Marías manifestó su cansancio de la ficción, algo ya completamente superado, según aseguró ayer, durante la presentación de Fiebre y lanza, primer volumen de Tu rostro mañana, sin duda la novela más larga -seguramente la más ambiciosa- del escritor.

Negra espalda… no era exactamente una novela porque no tenía trama y porque lo que se contaba eran cosas que me habían pasado a mí. Curiosamente, la mayor parte de los críticos dedicaron entonces sus reseñas a dilucidar sobre un género en principio muy novedoso, pero últimamente la mezcla de realidad y ficción se ha convertido en una de las tendencias más aplaudidas de la narrativa, explicó el escritor.

Marías no ha cerrado esa ventana, ("puedo volver en cualquier momento a rescatar experiencias de mi vida"), pero, por el momento, sus seguidores pueden disfrutar de una novela-novela, quizás la más reflexiva y filosófica de las suyas.

La confianza y la desconfianza, la traición, el secreto, la conveniencia de callar o de hablar en determinados momentos… Todas estas obsesiones que de algún modo ya han aparecido en obras anteriores del autor, reaparecen aquí y son llevadas a sus límites.

Para reflexionar sobre todo ello, Javier Marías monta la trama de su novela en torno a un misterioso grupo creado por el Servicio Secreto Británico para hacer informes sobre la gente y determinar su grado de lealtad. Un grupo que sigue existiendo en la actualidad y en cuyas filas se enrola el protagonista, Jacques Deza, quien posee el don de percibir las debilidades de la gente, esos detalles inquietantes que pueden pronosticar lo que pasará en el futuro.

"No tiene nada que ver conmigo. Nunca he trabajado para ningún Servicio Secreto y si así hubiera sido no estaría autorizado a contarlo", bromeaba ayer Marías, "pero sí que hay en la novela préstamos del autor al narrador, sobre todo en lo que se refiere a episodios que coinciden con la vida de mi padre, aclaraba, refiriéndose a la delación de la que fue víctima Julián Marías, a manos de uno de sus mejores amigos al término de la Guerra civil, una vivencia que el veterano ensayista cuenta en sus memorias.

"Le mostré la parte referida a él cuando acabé de escribirla y sólo me puso una objeción, a la que no hice ningún caso, porque como le expliqué yo estaba contando las cosas desde un punto de vista novelesco. Es más, yo creo que para entender bien las cosas que suceden hay que imaginarlas", explicaba el escritor.

Javier Marías sitúa la acción de Fiebre y lanza (Alfaguara) en la actualidad (hay referencias al golpe de Estado contra Chávez en Venezuela y el atentado a las Torres Gemelas), pero con saltos al pasado, a la Guerra civil y también a la Segunda Guerra Mundial, más bien a las retaguardias de dos contiendas, "tan unidas, pese a que a veces da la impresión de que pertenecen a épocas diferentes".

Estos escenarios históricos no sirven al autor para levantar tramas de trepidante acción, sino como telón de fondo a sus indagaciones sobre el motor de determinados comportamientos. ¿Qué podemos esperar de las personas?, ¿qué sabemos de sus intenciones ocultas? Estas son las preguntas que Marías se plantea en una novela que llega a la conclusión de que "nunca nada es puro y sin mezcla", como decía Yeats en uno de sus poemas, una sentencia a la que el escritor recurrió ayer para explicar sus intenciones.

Javier Marías confesó que nunca se imaginó escribiendo una novela de cerca de 1.000 páginas. "Las detesto, a no ser que se trate de un clásico". De ahí la división de la historia en dos volúmenes.

"Soy consciente de que muchos lectores se quedarán frustrados al llegar al final cuando alguien llame a la puerta y no se sepa quién es", dijo, asegurando, eso sí, que ya está trabajando en la segunda parte. ¿Un año, dos? Imposible saberlo aún.

 

El Mundo
24 de octubre, 2002
Por Emma Rodríguez

 

NOTICIA LA RAZÓN

 

Javier Marías escribe de la traición y el silencio en Tu rostro mañana


La traición de un amigo, la incapacidad de prever el futuro de las personas, los secretos y el silencio como defensa son algunos de los temas que aparecen en Tu rostro mañana (Alfaguara). Es la nueva novela de Javier Marías, que lleva por subtítulo Fiebre y lanza, y que tendrá una segunda parte. Para no caer en "la descortesía" de hacer una obra de mil páginas, el escritor las publica en dos entregas, explicó ayer en la presentación en el Círculo de Bellas Artes, en Madrid.
   El autor de Corazón tan blanco asegura que ha vuelto a la novela como género tras Negra espalda del tiempo, un libro autobiográfico. Su nueva obra es pura ficción excepto una parte en la que recrea la delación que sufre su padre tras la guerra civil. "Todos hemos tenido esa sensación de desengaño cuando alguien nos falla", señaló, y esto es lo que se pregunta el protagonista de la historia, un personaje que ya apareció en Todas las almas.
   "Cómo es posible que no seamos capaces de prever lo que va a ocurrir. Ese es el tema principal del libro", cuenta Marías, que en esta ocasión ha creado un protagonista con el don de predecir las actitudes de las personas. Es Jacques Deza, un español que trabaja durante la Segunda Guerra Mundial para un grupo de espionaje británico llamado MI6 que se encargó en su día de desenmascarar a los nazis infiltrados, una situación que propició una campaña entre los británicos para que se mantuvieran callados: "El silencio es lo que puede salvarnos", era el lema. "Todos tenemos esa capacidad de adelantar el futuro, lo que ocurre es que a menudo negamos tenerla porque odiamos la certidumbre. Cuántas veces percibimos detalles sobre algunas personas que nos inquietan y cuántas veces los descartamos amparándonos en que nadie es perfecto. Sabemos más de lo que creemos saber, pero nos da miedo enfrentarnos al conocimiento y, sobre todo, juzgar. Juzgar sabiendo que nuestro juicio puede traer consecuencias".

 

Madrid y Londres

La trama transcurre entre el tiempo actual con visitas a la Guerra Civil y a la Segunda Guerra Mundial, dos conflictos que para Marías tienen muchas semejanzas. "El Madrid asediado y el Londres bombardeado por los nazis se parecen bastante. Pero parece como si fueran dos momentos de épocas distintas. Es algo que muy pocas veces se ha visto".
   Marías, quien considera que "para entender bien las cosas que suceden hay que imaginarlas o contarlas, que es una forma de imaginar lo que ha sucedido", se tomará entre uno y cinco años para terminar la segunda parte de la historia.
   El libro, que tiene referencias al golpe contra Chávez en Venezuela y a los atentados de las Torres Gemelas, empieza con una frase lapidaria: "No debería uno contar nunca nada", relata el protagonista de la historia. Javier Marías no se sitúa muy lejos de esta afirmación: "Hay un gran peligro en lo que se habla, pero también en callar. El habla es lo único que comparte todo el mundo, incluso los más pobres e incultos tienen esa facultad".
   Juan Cruz, que presentó la novela, dijo que Marías ha alcanzado con este libro una grandeza no solo literaria sino personal. El escritor le respondió "que de momento no he encontrado ningún beneficio; me siento igual de noble e igual de mezquino que siempre".

 

LA RAZÓN
24 de octubre de 2002
por Gregorio García Maestro

 

PRESENTACIÓN PARA LA PRENSA EN MADRID EL PAÍS

 

Javier Marías presenta su nueva novela como una mirada al dilema entre secreto y traición

El escritor mezcla en Tu rostro mañana historias de la Guerra Civil y la II Guerra Mundial

Rodeado por varias decenas de periodistas, Javier Marías presentó ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid la primera de las dos entregas de Tu rostro mañana (Alfaguara), subtitulada Fiebre y lanza. La novela, compleja como un psicoanálisis, reflexiona en torno a los dilemas hablar / callar, realidad / ficción, memoria / olvido, y relaciona los asedios a Madrid y Londres en la Guerra Civil y la Mundial. Hay traición, secretos, muertes, pero el gran enigma es el matiz que separa lo que sabemos de la gente o del pasado y el valor para admitirlo: 'Solemos saber más de lo que decimos'.

'No debería uno contar nunca nada'. Así de paradójica arranca la nueva media novela de Javier Marías (Madrid, 1951), casi 500 páginas narradas en primera persona por un viejo conocido de sus lectores: Jaime, Jacobo o Jacques Deza, el narrador sin nombre de Todas las almas (1989).

Separado de su mujer y con dos hijos, Deza vuelve a Oxford -donde vivió Marías, donde vivían otros personajes de Todas las almas, como Toby Rylands- y comienza a trabajar como 'intérprete de vidas y traductor de personas' para el servicio secreto exterior británico, el MI6.

Un trabajo para gente con un don cuasi divino, muy literario: ver dentro de las personas, saber si son leales o traidores, adivinar cómo serán los rostros mañana. 'Todos tenemos esa capacidad, ese don, pero no todos tenemos el atrevimiento de utilizarlo', explica Marías.

La novela indaga en ese dilema. Unas veces 'el silencio puede salvarnos, el hablar puede perdernos'. Otras veces es al revés. La campaña Conversaciones Imprudentes alentó a los británicos a no hablar con nadie, a callar, para evitar dar pistas al enemigo durante la II Guerra Mundial. 'Al mismo tiempo, el Gobierno británico reclutó a personas especializadas en ver lo que otros no sabían o no querían ver para desenmascarar a agentes dobles y a espías infiltrados alemanes'.

Hay varios síntomas claros de intrusismo de la realidad en la ficción (además de alguna referencia al 11-S y al golpe contra Hugo Chávez). A Deza lo recluta el locuaz hispanista sir Peter Wheler (la novela está dedicada a sir Peter Russell), y con sus libros viajan Deza y Marías hacia atrás: hacia la guerra de España. Reconstruyen el asesinato del dirigente del POUM Andrés Nin a manos de los comunistas; recuperan la figura de José Bergamín (impúdico 'amante de la verdad'), y 'el autor presta al narrador un hecho real', la delación que sufrió su padre, Julián Marías, al final de la contienda. 'Él ya lo contó en el primer tomo de sus memorias. Le delató el que había sido su mejor amigo del Bachillerato, en los primeros meses del año 39', cuenta Marías. 'La delación siempre es repugnante, pero el ajuste de cuentas político y policial lo es más. Aquéllas fueron acusaciones muy graves que solían acabar con la ejecución. Una forma aberrante de eliminar rivales y competencia y de vengar afrentas'.

Más allá de eso, las relaciones entre las personas. Ése es, añade el autor, el tema central de la novela: 'En teoría, todos deberíamos saber qué podemos esperar de las personas que conocemos, queremos o son amigas: si serán leales, si tienen intenciones ocultas... Parece fácil, pero a veces preferimos no ver detalles que nos inquietan... De los enemigos es lógico no esperar nada... Pero en la práctica no es rara esa sensación de desengaño, de decepción, cuando alguien nos hace algo. Decimos '¡cómo no me habré dado cuenta!', empezamos a tirar del hilo hacia atrás, y, a la luz del engaño sufrido, somos capaces de ver indicios. Indicios que tal vez no son reales'.

Marías cree que la gente es crédula por naturaleza, pero también, con Yeats, que es imperfecta, 'llena de quizás, de tal vez', que 'nada es puro y sin mezcla', que en el ser amado siempre hay algo que no nos gusta y en los enemigos algo que nos gusta. 'Solemos saber más de lo que sabemos, pero odiamos las certidumbres, no nos atrevemos a reconocer que lo sabemos'.

Poco a poco, Deza va viviendo su proceso de atrevimiento. Con suspense: el verdadero final de esta novela que Juan Cruz definió ayer como un monumento literario, no se conocerá hasta la siguiente entrega. 'Quizá en un año', pronosticó Marías.

 

El País
Jueves, 24 de octubre de 2002
M. M.

 

NOTICIA LA VANGUARDIA

 

 

Javier Marías vuelve a fundir ficción y realidad en su regreso a la novela

En Tu rostro mañana, un título que se publicará en dos volúmenes, el escritor traza similitudes entre el Madrid asediado de la Guerra Civil y el Londres bombardeado de la Segunda Guerra Mundial, ambos atestados de espías

El escritor Javier Marías disiente de su editora, Amaya Elezcano. Para ella, la última novela de Marías data de hace ocho años: Mañana en la batalla piensa en mí. Él, en cambio, piensa que su última novela es de hace sólo cuatro: Negra espalda del tiempo. Todo depende del género en que se quiera inscribir este último título. Sea como fuere, Javier Marías (Madrid, 1951) publica ahora una nueva novela. Mejor dicho, la primera parte de una nueva novela. Se titula Tu rostro mañana (Alfaguara), aunque de momento los fieles sólo podrán degustar sus primeras 475 páginas, tituladas Fiebre y lanza.

Es curioso. Si Marías hubiera seguido al pie de la letra la primera frase de su novela -"No debería uno contar nunca nada"-, no se habría visto obligado a llegar al extremo de elegir entre dos descortesías para con el expectante lector. Eso es lo que supone, a su juicio, tanto publicar una novela con mil páginas, como cortarla por lo sano a la mitad. Opción, esta última, por la que finalmente se decidió. "Supongo que alguien se podrá sentir frustrado, irritado o rabioso. Llaman a la puerta y, antes de que se sepa quién es, se acaba esta primera parte. Aunque la trama no es como una novela de acción e intriga, tipo Dumas, así que el lector no se quedará muy en vilo. Y tiene algo bueno: el que se haya aburrido con esta primera parte, se ahorrará leer la segunda", bromea el autor.

Como es ya casi marca de la casa, Javier Marías vuelve a fundir ficción y realidad en Tu rostro mañana. La novela, narrada desde un futuro próximo (el año que viene o así), traza las similitudes entre el Madrid asediado de la Guerra Civil y el Londres bombardeado de la Segunda Guerra Mundial, retaguardias ambas atestadas de espías y de quintacolumnistas. Y es en esa paranoia colectiva en que hasta el vecino te mira con desconfianza donde Marías ambienta su novela. El propio gobierno británico puso en marcha una campaña institucional durante la guerra en la que llamaba la atención de sus ciudadanos sobre las "conversaciones imprudentes". Mejor no hable: no sabe quién le escucha. La novela ofrece incluso las ilustraciones, a todo color, de esta campaña, que despertó una fuerte psicosis entre la población.

De uno a cinco años

El narrador, un tal Jacques Deza (también conocido como Jacobo, Jaime, Santiago, Diego o Yago), y que además fue también la voz de Todas las almas, regresa a Inglaterra y es contratado por el mismo misterioso grupo que durante la Guerra Mundial creó el MI6, el servicio secreto británico para el exterior. Delaciones y traiciones deambulan por Fiebre y lanza. Algunas muy reales. "Hay préstamos indisimulados del autor, Javier Marías, al narrador, Jacobo Deza -reconoce el primero-. Por ejemplo, en un episodio del que fue protagonista mi padre, denunciado a la policía de Franco en 1939 por quien pensaba que era su mejor amigo." Su padre, el filósofo Julián Marías, quiso introducir un matiz en este punto, pero el hijo no lo permitió. "Él ya contó la realidad en sus memorias -se excusa-, mientras que yo cuento una ficción."

Y, por cierto, ¿ cuánto hará esperar el autor la segunda parte de Tu rostro mañana? "Siendo optimistas, un año -dice Javier Marías-. Siendo menos optimistas... ¿cinco?"

La Vanguardia
Jueves 24 de octubre, 2002
Paco Torrente / EFE

 

NOTICIA EL PERIÓDICO DE CATALUNYA

 

Javier Marías publica la primera entrega de Tu rostro mañana

La segunda parte de la obra, de mil páginas, aparecerá en el 2003

Javier Marías, que dice "detestar" las novelas demasiado largas, presentó ayer en Madrid su última obra, Tu rostro mañana, en realidad la primera parte de una historia que concluirá el año que viene con un nuevo libro. Los dos totalizarán alrededor de 1.000 páginas con las que el autor regresa a la literatura de ficción, ocho años después de haber editado Mañana en la batalla piensa en mí, su último texto del género.

Este primer volumen de Tu rostro mañana (Alfaguara), con el subtítulo de Fiebre y lanza, finaliza con una persona llamando a una puerta, sin desvelarse quién es el visitante. Javier Marías declaró ayer en Madrid que, entre "dejar colgado" al lector o dar a la imprenta un libro de 1.000 páginas, ha preferido la primera opción, aun sabiendo los riesgos que corre. "A quien le guste puede quedarse un poco frustrado, pero quien deteste esta primera parte se alegrará de no tener que leer la segunda", justificó el novelista.

Para narrar Tu rostro mañana en primera persona, Javier Marías ha recuperado al protagonista de Todas las almas (Alfaguara, 1989), aunque la trama de una y de otra novela sean totalmente independientes. En aquella ocasión el personaje no tenía nombre, en ésta ha sido bautizado como Jacobo, también llamado Jacques Deza, un español que ha dado clases en la universidad de Oxford, a la que regresa años después, tras su divorcio.

La vuelta a Gran Bretaña da ocasión a Deza de volver a contactar con viejos conocidos y, a través de ellos, sumergirse en su propio pasado. Entre otros momentos de la historia aparecen en la novela la guerra civil española o la segunda guerra mundial, en la que el protagonista participó reclutado por los servicios secretos británicos.

FICCIÓN Y REALIDAD

La principal característica del personaje, la capacidad para ver el comportamiento futuro de las personas a partir de la contemplación del presente, permite a Marías indagar en temas como la traición, la verdad y la mentira en momentos concretos de la historia. A diferencia de su anterior texto, Negra espalda del tiempo, que era un libro de memorias noveladas, "una falsa novela", en palabras del autor, Javier Marías se ha metido totalmente en el terreno de la ficción en Tu rostro mañana.

Pese a ello, el escritor reconoció que en la novela presentada ayer también hay elementos extraídos de su realidad cercana. En concreto, de la vida de su padre, el filósofo y escritor Julián Marías, que, como Jacobo Deza, participó en la guerra civil española en las filas del ejército republicano y fue detenido al triunfar la rebelión militar por la denuncia de uno de sus mejores amigos.

"Le he enseñado las partes del libro que hablan de él, y creo que le gustaron", contó ayer Javier Marías, que aseguró que su padre sólo le sugirió un pequeño cambio, "que no acepté, pues, al fin y al cabo, esto es una obra de ficción".

 

El Periódico de Catalunya
Jueves 24 de octubre, 2002
ANTONIO GÓMEZ
Foto: David Castro

 

NOTICIA ABC

 

Javier Marías: "Delatar me parece repugnante desde que era niño"

Lleva cuatro años y medio perdido en la epidermis de la negra espalda del tiempo y ahora pide mil excusas, mil perdones y proclama públicamente su arrepentimiento, porque ¡ay! en aquella ocasión presentó su novela o antinovela, sus memorias o antimemorias y no quiso hablar de su libro como un padre sin entrañas, porque... bueno, porque el tiempo tiene negra la espalda.

En cambio ahora lleva a cabo un "open house" literario y nos presenta a su gigantesca criatura, llamada Tu rostro mañana (Alfaguara) aunque se trata de un parto interrumpido. Están la cabeza y los brazos y la ha bautizado con el nombre de Fiebre y lanza. El resto de las extremidades aparecerán en la próxima entrega. "Lo he dividido en dos partes, explica, aunque me parece una descortesía dejarlo en la mitad, pero un libro de mil páginas me echa para atrás. Siento por los libros gordos una aversión profunda. Aunque alguna gente, dirá: "Menos mal que lo ha interrumpido en la página 475 y no tengo que seguir leyendo"".

Es un estudio sobre los silencios, sobre las palabras, sobre las traiciones, sobre ese cobarde canto de la muerte que es una delación. "Delatar me parece repugnante desde que era niño. Durante la guerra y los diez primeros años de la dictadura de Franco, por simple venganza o por un ajuste de cuentas se delataba en los dos bandos y el final era la muerte. Es el método más cobarde. No debería uno contar nunca nada". Así empieza Jacques Deza, el protagonista, su propia historia antes de contarlo todo cuando ingresa en el M16, el Servicio Secreto británico en la Segunda Guerra Mundial.

Claro que también aparecen hechos reales, como episodios de la vida de su padre, Julián Marías. "Tanto mi padre como el padre del narrador fueron delatados con acusaciones muy graves. Las traiciones proceden de los enemigos, ¿pero como podemos confiar en un amigo y no darnos cuenta de su traición? Mi padre no ha leído el libro porque tiene mal la vista. Se lo he fotocopiado a gran tamaño, pero en cualquier caso se lo leeré un poco más adelante. En la parte que concierne a su propia historia ya se lo leí y puso algún inconveniente, pero no le hice caso porque lo estaba contando novelescamente", concluye.

ABC
Jueves 24 de octubre, 2002
Rosa María Echeverría

 

NOTICIA TELÉPOLIS LIBROS

 

Javier Marías concluye su nueva novela Tu rostro mañana

El escritor madrileño finaliza su última obra, que será dividida en dos volúmenes, en la que reflexiona sobre 'la idea del hablar y el callar'.

El escritor Javier Marías cree que su nueva novela, Tu rostro mañana, que se publicará a finales de octubre, es distinta a las demás que ha escrito hasta ahora 'y por su estructura no se parece nada a las otras'. 'Es una novela muy mía, en el sentido de que, inequívocamente, sea de un autor que lleva muchos años escribiendo' dice Marías en una entrevista con EFE, pocos días después de entregar el original del primer volumen de este libro, titulado Fiebre y Lanza y que será editado por Alfaguara. Cuatro años después de la publicación de Negra espalda del tiempo, libro que el autor definió en su día como una 'falsa novela' y en la que el narrador era él, 'aunque no era un libro autobiográfico ni de memorias', Javier Marías saca ahora una obra que sí es 'novela novela' y que, dadas su extensión, ha decidido dividir en dos volúmenes.

Estilísticamente los lectores no tendrán problema para reconocer que Tu rostro mañana es una obra de Marías, si bien el escritor reconoce que 'la visión del autor no es muy objetiva, y menos cuando acaba de entregar el libro'. El autor de libros de éxito como Corazón tan blanco o Mañana en la batalla piensa en mi, considera que su última novela es la 'mas ambiciosa'. El escritor afirma que 'yo no escribo por obligación, ni siquiera por obligación impostada. He dicho más de una vez que no me considero un escritor profesional y no me siento, como me temo que le ocurre a muchos, obligado a publicar cada cierto tiempo', dice Marías. Tras tratar en Corazón tan blanco sobre el tema de la persuasión y el secreto, y en Mañana en la batalla piensa en mí del engaño, en su nueva novela reflexiona sobre 'la esencia de las personas' y sobre 'la idea del hablar y el callar'.

 

Telépolis Libros
La noticia
16 de septiembre de 2002

 

NOTICIA ESTRELLA DIGITAL

 

Javier Marías finaliza su nueva novela Tu rostro mañana

El autor indaga en la esencia de las personas y reflexiona sobre "la bendición y desdicha del hablar y el callar"

El escritor Javier Marías acaba de entregar el original de su nueva novela, Tu rostro mañana, una extensa obra que se publicará a finales de octubre y en la que el autor indaga en la esencia de las personas y reflexiona sobre "la bendición y desdicha del hablar y el callar".

Pero en esta ocasión los miles de lectores de Marías se enfrentarán a una situación nueva. Lo que verá la luz el 23 de octubre será el primer volumen de la novela, titulado Fiebre y lanza; para el segundo habrá que esperar "uno o dos años más", según afirma el escritor, en la que adelanta las líneas generales del libro.

Fue hace una semana cuando Marías (Madrid, 1951) tuvo claro el título -suele dejarlo para el final- y acabó de corregir las segundas pruebas. Atrás quedan cuatro años de trabajo, tres de ellos dedicados de lleno a la redacción de este libro que, "en cierto sentido, creo que es mi novela más ambiciosa, aunque sólo sea por la extensión".

Y es que la primera parte de la novela, que publicará Alfaguara, tendrá casi quinientas páginas y es probable que la segunda ronde una cifra similar.

"Hay quien puede considerar una descortesía" que al final del primer volumen aparezca un "continuará", pero entre esa descortesía y la de publicar una novela de mil páginas -"yo no creo que hoy me leyera un libro tan largo de un autor contemporáneo porque para eso preferiría leer una novela de Dickens"-, el escritor ha optado por la primera.

En Tu rostro mañana, Marías, ganador de numerosos premios internacionales y cuya obra ha sido traducida a más de veinte idiomas, recupera a un antiguo narrador suyo, el de Todas las almas, pero sin que la novela "sea en modo alguno una continuación de aquélla".

El narrador, que en Todas las almas había estado dos años en Oxford, regresa ahora a Inglaterra "por no seguir cerca de mi mujer mientras ella se me alejaba", dice Jaime o Jacobo o Jacques Deza, que a todos esos nombres responde el protagonista de la historia, sumido "en uno de esos períodos de desconcierto propios de la gente que se separa", afirma Marías.

"No debería uno contar nunca nada", son las palabras con las que comienza la novela, que transcurre en la época actual. Y, sin embargo, el narrador tendrá que hacer justo lo contrario al ser contratado por un grupo creado durante la Segunda Guerra Mundial por el MI6, el Servicio Secreto británico.

Sir Peter Wheeler, un viejo profesor de Oxford que había trabajado para el MI6 durante la guerra, fue quien lo recomendó para formar parte de ese grupo y el que le aconsejó que no se molestara en buscar información sobre el mismo "porque nunca tuvo nombre. Sólo de las cosas que no tienen nombre se puede realmente negar la existencia".

Ese grupo sigue funcionando en la actualidad, "aunque de una manera degradada -afirma el escritor-, porque no se trabaja ya sólo para el Gobierno" sino que, al parecer, aceptan también encargos privados, "como ha pasado con muchos servicios secretos del mundo. Ahora quizás la cosa vuelve a cambiar después del 11 de septiembre", añade.

Los reclutados por ese grupo tenían "un cierto don -no hay nada de sobrenatural en ello, advierte Marías-, una cierta capacidad para ver en los otros, para conocer hoy cómo serán sus rostros mañana, para saber hasta dónde pueden llegar las personas, aunque no se les presenten las circunstancias adecuadas". Para saber también si serán leales o traidores y si serán capaces de matar.

El protagonista tiene que pronunciarse sobre diferentes personas, famosas o anónimas, y luego debe redactar una serie de informes que nunca sabe para qué serán utilizados. El "no sé" no era admitido como respuesta: había que atreverse a hablar aunque a veces podía "ser funesto".

El título del primer volumen, Fiebre y lanza, alude a dos elementos que van apareciendo a lo largo del libro, "aunque de forma metafórica": por un lado "el estado febril, de excitación, de indagación y descubrimiento de las cosas"; por otro, la referencia a la guerra. "Yo soy mi propio dolor y mi fiebre", se dice más de una vez en la obra.

Tu rostro mañana (en esta ocasión no se cita a Shakespeare en el título) presenta un tratamiento del tiempo "complejo" y el pasado irrumpe con frecuencia en sus páginas. El autor de Corazón tan blanco habla de la Guerra Civil española y de su conexión con la Segunda Guerra Mundial en Inglaterra.

"En cierto modo es un libro en el que va apareciendo la idea de lo que es el tiempo de guerra y el tiempo de paz", añade Marías, quien no tiene "inconveniente en decir" que hay un episodio en la novela que coincide enteramente con algo que le pasó a su padre, el filósofo Julián Marías.

El padre de Jaime Deza estuvo en el bando republicano como soldado, "pero no hizo ninguna barbaridad, y al término de la guerra fue delatado, con denuncias además falsas, por quien había sido su mejor amigo".

"Ese es un ejemplo claro -comenta Marías- de que nunca sabes lo que puede ocurrir, y en cierto sentido todos desearíamos saber si quienes nos rodean nos están engañando o van de buena fe".

 

Estrella Digital/Efe
Madrid