REPORTAJE EL PERIÓDICO

MARÍAS, TODAS LAS ALMAS

Javier Marías presenta hoy en Madrid Fiebre y lanza, la primera parte de su última novela, Tu rostro mañana. Con esta obra el escritor pone fin, tras publicar en 1998 Negra espalda del tiempo, a un silencio de más de cuatro años.

Javier Marías ha escrito 10 novelas, libros de cuentos y artículos; ha traducido a Thomas Hardy, a Vladimir Nabokov, a Laurence Sterne y a Robert Louis Stevenson, y ha concedido un sinfín de entrevistas en 31 años de carrera. Sin embargo, a veces parece que este escritor nacido el 20 de septiembre de 1951 en Chamberí sea sólo un tipo frío y polemista que no duda nunca en defender su honor. Esta aproximación a su obra y figura a partir de nueve personas que lo conocen, lo tratan, lo soportan y lo disfrutan descubre detalles desconocidos de Marías, que esta tarde presenta en el Círculo de Bellas Artes de Madrid la primera parte, Fiebre y lanza, de Tu rostro mañana.

 

El Periódico
suplemento Libros
Viernes, 25 de octubre del 2002
Textos: Óscar López

 

EL PADRE Julián Marías

Calidad y vocación literaria

"Estoy demasiado vinculado con este escritor para ser objetivo", dice entre risas Julián Marías a la pregunta de qué destacaría de su hijo como autor. "Lo más importante es su enorme vocación literaria, que hace que su obra tenga una gran calidad, cada vez más reconocida. Y, claro, su talento". No es fácil que un padre tome partido, pero el prestigioso escritor y filósofo se declara fan de El hombre sentimental, aunque reconoce que sus últimas obras también son muy buenas. Nunca lee los manuscritos antes de que los publique, por lo que de momento nada sabe de Tu rostro mañana: "A mi hijo le gusta que los lea una vez impresos". Debido a ello, es posible que aún no sepa que el escritor ha utilizado un pasaje de sus memorias, cuando el padre del narrador recuerda que un amigo íntimo lo denunció por rojo a la policía franquista, tras finalizar la guerra civil española. Recuerda Marías padre que Marías hijo fue un lector prematuro que leía a Richmal Crompton, Alexandre Dumas, Jules Verne y Emilio Salgari, y también un escritor precoz (a los 11 años empezó a escribir, a los 15 acabó su primera novela, La víspera (no publicada), y a los 18 años vivió en París, donde por las mañanas escribía su segunda novela, Los dominios del lobo, que salió al año siguiente, (por las tardes se hartaba de cine en la filmoteca, y por las noches cantaba acompañándose con la guitarra en los Campos Elíseos para ganar algo de dinero). Sin embargo, asegura el padre que Javier "nunca dijo que quisiera ser escritor porque lo fue desde un principio" y se enorgullece de él por "su autenticidad, ya que se vuelca en lo que hace sin consideraciones externas ni de conveniencia".

 

LA LECTORA Inés Blanca

Atento y generoso

Aún recuerda Inés Blanca la impresión que le produjo la lectura, en 1989, de Todas las almas, la primera novela que leyó de su escritor vivo preferido en lengua castellana. "Además de gustarme me sorprendió mucho, ya que aunque entonces leía mucha nueva narrativa española, me pareció lo mejor con diferencia. Eso era lo que yo buscaba en un autor contemporáneo, y a partir de ahí me enganché a toda su obra anterior y posterior". Varios aspectos destaca de su admirado autor, aunque se queda con su capacidad para "mezclar con habilidad el humor, el misterio, la emoción, la aventura y la reflexión". Era tanta la devoción por Marías que, aprovechando un doctorado, lo escogió para hacer un trabajo y así tuvo oportunidad de conocerlo personalmente. Desde entonces, y ya hace más de 10 años, mantiene una relación epistolar con él. "Creo que es muy atento y generoso con sus lectores, y en su caso la persona está a la altura de su obra", sentencia Blanca, que recuerda que existe una magnífica página web http://www.javiermarias.es diseñada por otra lectora apasionada, Montse Vega, en la que existe un foro muy activo de fans. "Todos esperamos ansiosos la nueva novela -concluye-, aunque por el momento, y por gusto personal, me quedo con Negra espalda del tiempo, por lo que tuvo de obra rompedora".

 

LA EDITORA Amaya Elezcano

Un escritor en plena madurez

Aunque su primera editorial fue Edhasa, en la que publicó Los dominios del lobo por mediación de su mentor y amigo Juan Benet, fallecido en 1993, y su primer editor de continuidad fue Jorge Herralde (Anagrama), con el que acabó como el rosario de la aurora por diferencias irreconciliables sobre cómo se había llevado la gestión de sus libros, desde 1995 Javier Marías publica en Alfaguara, cuya directora editorial es Amaya Elezcano. "Es uno de los más importantes novelistas contemporáneos, y de él destacaría su habilidad para mezclar narración y reflexión, y su personalísimo uso de un lenguaje literario siempre renovado", argumenta la editora, que añade que "no sólo escribe novelas apasionantes desde el punto de vista de la historia que cuenta, sino también invita al lector a plantearse problemas que le afectan. Por eso sus novelas ofrecen tantos niveles diferentes de lectura".

Desde el punto de vista contractual, la relación es poco habitual: "No firma el contrato hasta que hemos leído el manuscrito, no suelen haber problemas con los plazos y es muy puntual a la hora de entregar las pruebas corregidas". Asegura Elezcano que "Marías nunca se ha comprometido, a pesar de que ha tenido muchas ofertas en este sentido, con libros que aún no ha escrito". La promoción de sus novelas se hace de común acuerdo con él. Es poco amigo de las televisiones y del agobio de las entrevistas, pero en esta ocasión volverá a la palestra promocional, y así se evitará el enfado de los medios de comunicación, a los que no sentó nada bien que no promocionara la anterior, Negra espalda del tiempo. Sus manuscritos son "impecables, sin tachaduras ni correcciones", cuenta la editora, que insiste en que es uno de los escritores "más minuciosos" que conoce, al que no se puede presionar con las prisas, que está al tanto de la difusión de sus libros pero sin obsesionarse y que "escucha las sugerencias de sus editores y de un pequeño número de lectores amigos; si le convencen, procede a hacer pequeñas correcciones".

Normalmente, el título se le ocurre cuando el libro ya está terminado, pero es habitual que proporcione un par de variaciones para que entre los implicados se decida el definitivo, aunque él tenga la última palabra. Así ha ocurrido con Tu rostro mañana, la novela preferida de Elezcano: "No es por ayudar a su promoción, sino porque considero que en este libro resplandecen las mejores cualidades del autor: es Marías en plena madurez creadora, dueño absoluto de todos sus recursos expresivos".

 

LA DEDICATARIA Julia Altares

      

Un Nobel futuro, pese a quien pese

La dedicatoria "para Julia Altares pese a Julia Altares", de Corazón tan blanco, además de ser una de las más repetidas en todo el mundo de las escritas por Marías, es de las más chocantes. "Yo sabía que me iba a dedicar el libro porque hacía tiempo me había dicho que lo haría, aunque tengo la impresión de que en el último momento tuvo dudas. Pero como es una persona muy honesta y además creo que en el fondo le apetecía, me lo dedicó. De ahí esa extraña dedicatoria", explica Altares, reconocida guionista de televisión y amiga del autor desde ni se sabe cuándo, que destaca "el misterio" de algunas novelas de las que ha escrito su amigo.

Ella recuerda que le ha pasado a menudo que reconozcan su nombre por la dedicatoria y que más de uno le pregunte por su significado. La complejidad semántica trae locos a los traductores, que en algunos casos han desvirtuado el significado. "Javier suele regalarme las nuevas traducciones de la novela cuando le llegan, y aparecen cosas insólitas, como en la japonesa, donde dice, más o menos: 'A Julia Altares, contra ella", narra ella, que recuerda también que en algunas lenguas han optado incluso por no ponerla.

"Todo esto le hace mucha gracia a Javier, de quien supongo que le habrán contado que tiene un gran sentido del humor". "Me da rabia -puntualiza- que la gente piense que es un tipo frío y estirado. Quizá también es culpa suya, ya que se pone demasiado serio en las entrevistas. Pero es muy leal y fiel con sus amigos, además de muy divertido. Mire si nos cuida que por ejemplo a mí me trajo una edición de Corazón tan blanco con una dedicatoria de Woody Allen, porque sabe que soy muy fan de él". Tanto valora su calidad literaria que se declara convencida de que ganará el Nobel algún día: "Se lo merecería. Vive para la literatura, tiene un talento descomunal, y su prosa es de las más brillantes. Además, me encanta la musicalidad de sus textos, la manera como ve la vida, y esas reflexiones tan originales, inteligentes y verdaderas que aparecen en sus novelas".

Mientras espera que le den el premio en Estocolmo, seguirá recibiendo a Javier Marías en su casa para verlo jugar con su hijo Luis, de año y medio, al que el escritor no dejó de visitar ni cuando estaba encerrado con su última novela. "Tiene un don innato con los niños, y ellos lo notan enseguida. Habrá quien pueda imaginar que Javier no es nada niñero, pero se sorprendería al verlo jugar con mi hijo", concluye Julia Altares, que, como no podía ser de otra manera, piensa que la mejor novela de Marías es, por alusiones, Corazón tan blanco.

 

LA AGENTE Mercedes Casanovas

Sombras insoslayables convertidas en literatura

Javier Marías no cayó en brazos de una agente literaria hasta junio de 1996, cuando le pidió a Mercedes Casanovas que le llevara sus asuntos. "Es un autor muy exigente y muy consciente de su trabajo. Reclama entonces el mismo nivel de exigencia por parte de quienes colaboran con él, lo cual no quiere decir que complique mi trabajo, sino todo lo contrario", cuenta Casanovas, que asegura que "el dinero no ha sido nunca un elemento prioritario en él. Ha rechazado muchas ofertas millonarias a favor de otras bastante menores sólo por fidelidad a sus editores o por favorecer a editoriales con cuyo catálogo se identifica".

Su llegada a la agencia coincidió con el boom Marías en Alemania, donde Corazón tan blanco ha sobrepasado el millón de ejemplares vendidos, gracias, sobre todo, al impulso que en 1996 le dio el programa de televisión comandado por el prestigioso crítico Marcel Reich-Ranicki. "Este éxito sirvió para que se tradujera en países del este de Europa y en zonas más remotas, como en Japón, aunque sus novelas ya estaban traducidas a las lenguas más importantes", asegura la agente, que a lo mejor no sabe que su representado ganó su primer dinero traduciendo guiones de Drácula para su tío, el director de cine Jesús Franco, e interviniendo incluso como extra, disfrazado de esbirro chino, en otra película de su tío sobre Fu-Manchú.

Mucho ha llovido desde entonces, y hoy Javier Marías ya ha sido traducido a 32 idiomas, ha publicado en 44 países y hasta el momento se han vendido cuatro millones y medio de libros suyos en todo el mundo. Sin embargo, en Europa todavía se le resisten los países nórdicos, donde no ha influido el éxito alemán. Entusiasta de toda la obra de su representado, Casanovas se inclina por destacar Corazón tan blanco: "Es una obra extraordinaria y, quizá por ser la primera que leí, marcó mi encuentro con su literatura cuando todavía no lo representaba". Desde aquel encuentro, la agente ha llegado a la conclusión de que "Marías es un escritor minucioso cuando se trata de observar los vericuetos de la conducta humana, capaz de desvelar cómo las acciones de los hombres y las mujeres trazan una sombra insoslayable, y ha sabido hacer con esas sombras literatura".

 

EL COLEGA Arturo Pérez-Reverte

El perro y el duque

Hará cinco o seis años, Arturo Pérez-Reverte descubrió que en la publicidad que acompañaba su columna del suplemento dominical El Semanal aparecía un tuareg con turbante, mientras que en la de Javier Marías, unas páginas más allá, salía una señora en sujetador. "Ante semejante afrenta no tuve más remedio que escribir sobre el asunto y denuncié ese agravio comparativo", dice Pérez-Reverte.

El comentario tuvo respuesta y nació una relación periodística y amical entre dos autores que sólo se han visto tres o cuatro veces. Hablan bien el uno del otro y semanalmente se cubren las espaldas, aunque en sus polémicas Marías sea, para Pérez-Reverte, "el perro inglés", y para Marías, él sea "el duque de Corso".

"He leído toda su obra y me parece un magnífico escritor. Somos muy diferentes. De hecho no coincidimos ni en la forma de ver la literatura ni probablemente la vida, aunque sí compartimos el gusto por ciertos libros y películas. Pero me gusta porque, entre otras cosas, es un tipo muy generoso", dice Marías de Pérez-Reverte, a quien ha tenido el detalle de nombrar duque de Corso en su literario Reino de Redonda. También Pérez-Reverte asegura que ha leído toda la obra de su colega de suplemento y duda a la hora de elegir un título: "Si tuviera que escoger, diría que Todas las almas".

 

EL LIBRERO Antonio Méndez

Las ideas, muy claras

Hace ya 10 años que Antonio Méndez, de la librería Méndez de la calle Mayor de Madrid, es el librero de cabecera de Javier Marías, más o menos desde que el escritor se trasladó a vivir cerca de su establecimiento. Aunque abierto a sugerencias, "Javier es un cliente que tiene las ideas muy claras y sabe lo que viene a buscar", explica Méndez, que regenta esta librería centenaria que en sus orígenes fue editorial (Ediciones Verdad) y que ahora lleva su nombre. Rara es la semana en que Marías no pasa uno o dos días por la librería. Entra, echa un vistazo a los escaparates, se entretiene principalmente con los clásicos, y pide. "Le gustan las colecciones clásicas como la de Gredos, los centroeuropeos de finales del XIX y principios del XX, pero también se lleva mucha poesía y mucho ensayo literario, pensamiento y filosófico". Eso sin olvidar que Marías siempre se ha declarado deudor de Vladimir Nabokov, Arthur Conan Doyle (adora a Sherlock Holmes) y William Faulkner, entre otros, a la vez que admirador de otros menos conocidos como Manuel Chaves Nogales y Cormac McCarthy.

De lo último que ha comprado, recuerda el librero las obras completas de Ramón Gómez de la Serna que edita Galaxia Gutenberg, y casi todo lo que publica la editorial El Acantilado, de la que se declara incondicional. "Tampoco hay que olvidar que Javier compra muchos libros para regalar. No suele repetir, ya que elige en función del destinatario", puntualiza Méndez, que entre la obra de su cliente se declara devoto en especial de Todas las almas y Corazón tan blanco.

 

EL PROFESOR DE OXFORD Eric Southworth

Escribir y callar a tiempo

Aunque se conocieron antes de 1983, fecha en que Javier Marías viajó a Oxford para impartir clases de literatura española y teoría de la traducción, fue en esta ciudad universitaria donde cuajó su amistad con Eric Southworth, profesor titular de la Universidad de Oxford y fellow del St. Peter's College, y en el centro, de pie, de la primera fila de la fotografía reproducida arriba. "De aquel Marías de los 80 recuerdo su inteligencia, su franqueza y su generosidad. También su sentido del humor, lo que le permitió integrarse sin problemas en la vida universitaria, ya que lo bizantino, cuando es inocente y no nocivo, le hace gracia", explica Southworth, que no recuerda si fue o no un profesor admirado por sus alumnos.

Aunque por entonces ya había publicado algunas novelas, además de traducciones como la del Tristram Shandy de Laurence Sterne (Premio Nacional de Traducción en 1979), "nadie sospechaba, y él menos, que llegaría a tener la cantidad de lectores que tiene ahora", recuerda Eric. Para este especialista en literatura española, en Marías destaca "el sentido arquitectónico, nada rebuscado, de sus novelas, la musicalidad de su prosa, el ritmo de la frase, las sutiles modulaciones entre diversos modos, la penetración de su pensamiento literario y su saber callar a tiempo". Si tuviera que escoger una de sus obras, su amigo de Oxford se queda, "tanto por razones personales como literarias", con Todas las almas (él es uno de los dedicatarios) y Negra espalda del tiempo, aunque reconoce que es muy posible que su respuesta sea distinta cuando haya leído la primera entrega de Tu rostro mañana.

 

EL AMIGO Agustín Díaz Yanes

El mejor del siglo XX

Javier Marías y el director de cine Agustín Díaz Yanes, Tano, se conocieron en la Universidad Complutense de Madrid a los 18 años. Hoy se reúnen una vez al mes a modo de tertulia, con Eduardo Calvo y Luis Antonio de Villena, en el que algunos llaman Grupo Salvaje, pero Díaz Yanes lo desmiente y asegura que son encuentros que nacen en el Reino de Redonda. "Hablamos de muchos asuntos, y desde luego nada salvajes, ya que no tenemos edad para eso. Qué más nos gustaría". "Javier -añade- siempre fue un adelantado a su tiempo, por lo que yo sí confiaba que llegaría lejos, aunque decirlo ahora no tiene ningún mérito". A la pregunta sobre qué destacaría de su amigo, Díaz Yanes responde así: "Su imaginación y su gran dominio del castellano, lo que lo convierten, aunque ya sé que soy su amigo, en el mejor novelista del siglo XX". Para él, por ejemplo, Negra espalda del tiempo "inaugura un tipo de novela que se está haciendo ahora en España y en el resto de Europa". En un ámbito más íntimo, afirma que "Javier es una persona muy amable y cariñosa, muy amigo de sus amigos, aunque él nunca lo dirá por pudor".

 

EL REPORTAJE FOTOGRÁFICO

 

Con una amiga de la familia

Javier, en la esquina de la derecha, posando con
sus tres hermanos y una amiga de la familia y su bebé

Javier Marías, en los 70

Menorca (1989)

Menorca